Techos verdes se trata de una tendencia que consiste en la instalación de vegetación en las terrazas de los edificios, fábricas o casas para obtener beneficios como la reducción del consumo energético. La propuesta, que cuenta con una ley que otorga descuentos de ABL a quienes opten por la instalación del innovador proyecto, tiene como fin contribuir a un desarrollo más sustentable de la ciudad.

Al parecer en Buenos Aires no sólo es posible encontrarse con espacios verdes en el suelo, sino que también unos pisos más arriba. Se trata de una nueva tendencia -originalmente utilizada en Japón y implementada exitosamente en ciudades como Berlín, Nueva York y Londres- que consiste en la instalación de jardines en las azoteas de los edificios, fábricas o casas con el fin de obtener importantes beneficios como la aislación térmica y acústica y la reducción de consumo energético.

Tomás Dreizzen, un administrador de empresas que se unió al emprendimiento del ingeniero agrónomo Gabriel Lande, Pasionaria floricultura -una empresa que provee las plantas a las compañías que se ocupan de la colocación de los Techos Verdes - explica que "son sistemas de ingeniería que permiten el crecimiento de vegetación en las terrazas y, a su vez, mantienen protegida la estructura de las edificaciones".

En Buenos Aires, son muy variados los casos de aquellos que deciden transformar el cemento de sus azoteas por un oasis verde: desde casas de familia e industrias hasta la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Muchos de estos clientes consideran que construir este tipo de ambientes significa, también, generar un espacio que puede resultar recreativo.

Dreizzen, quien detalla que la colocación de un techo verde ronda entre los 850 y los mil pesos dependiendo la dificultad que implique llegar a la azotea, asegura que la importancia de este proyecto radica en contribuir a un desarrollo más sustentable de la ciudad. "Esta iniciativa permite reducir la impermeabilización de los suelos, contribuye a disminuir el efecto de 'isla de calor'- que produce aumento de la temperatura por la alta concentración de superficies como el hormigón, cemento y pavimento- y mejora la calidad del aire y del agua", señala el socio de Lande.

La simpleza de la instalación y los beneficios que otorgan estos jardines en los tejados se deben, en gran medida, al tipo de plantas que se utiliza para este proyecto: la especie sedum. Esta clase de vegetación -explica uno de los emprendedores de Pasionaria- posee alta resistencia tanto a la sequía como a las temperaturas extremas, y a su vez, requiere de muy poco mantenimiento.

Además, basándose en la experiencia de Berlín -una ciudad en la que ya se cubrieron más de 15 millones de metros cuadrados de azoteas- y en la situación de Tokio -donde desde 2001 se obliga por ley a que los edificios nuevos cubran con vegetación al menos un 20 por ciento de sus terrazas- la Legislatura Porteña aprobó una ley para alentar a la instalación de los Techos Verdes.

La norma impulsada por el Gobierno de la Ciudad de Buenos tiene como fin lograr un cambio hacia la mejora ambiental a partir de conceder ventajas para aquellos propietarios que incorporen en sus inmuebles superficies de vegetación en las terrazas. El beneficio de la medida reside en el otorgamiento de descuentos -que van desde un 5 a un 20 por ciento según los metros cultivados- en el impuesto de Alumbrado, barrido y limpieza (ABL).

Dreizzen destaca "que este año se ha incrementado la demanda de la instalación los jardines en las azoteas y que una de las razones fue por el beneficio de la reducción del ABL fomenta la decisión de implementar los Techos Verdes. Esta propuesta, que promueve un espacio profesional para muchos los paisajistas e ingenieros agronomos simboliza un paso para atenuar los males del ambiente urbano.