En Estados Unidos el baloncesto, en realidad el deporte en general, es tan parte de la vida de los ciudadanos como el himno, el pavo de Acción de Gracias o los fuegos artificiales del Cuatro de Julio. Las audiencias en televisión son multitudinarias (hasta el punto de que el momento más caro para un emplazamiento publicitario en Estados Unidos es el descanso de la Super Bowl) y los estadios se llenan a pesar de ser algunos de los recintos deportivos con mayor capacidad del mundo. Igual que en otros países tenemos por catedrales de esa extraña y pagana religión que es el deporte a lugares como Maracaná, la Bombonera...

en Estados Unidos realizan su rito semanal en los estadios repartidos por todo el país y que reúnen a miles de personas gritando y animando enfervorecidas por el juego.

Precisamente por eso es tan raro ver las bajas audiencias de un mundial a cuya conquista los americanos en su conjunto han dado tanta importancia en las encuestas. Pero las estadísticas no mienten y la realidad es que las audiencias están siendo paupérrimas. Nadie parece interesado en este campeonato, tal vez porque hasta la llegada de los grandes rivales (de los cuales no tenemos precisamente superávit, todo sea dicho) los partidos de la selección apenas si llegan a entrenamientos cuando no directamente partidos del All Star Game improvisados en mitad de un campeonato.

La mejor prueba de ellos es que el único partido que ha tenido una audiencia salvable es precisamente aquel en el que al descanso Estados Unidos estaba perdiendo, que fue el que enfrentó a Turquía contra la selección de las barras y estrellas.

La empresa que ha comprado los derechos de retransmisión para Estados Unidos del campeonato se ha encontrado con que tal vez pagase demasiado dadas las audiencias y estará rezando para que empiecen a llegar partidos disputados o va a ser un campeonato muy poco fructífero para ellos.

Mientras esperamos los cruces importantes en este campeonato, en otros países podemos entretenernos con las cabriolas de estos tipos tan altos y que haces saltos tan largos.