La liga profesional de baloncesto de Estados Unidos ha decidido que los partidos de la temporada regular son demasiado largos. Esto representa un desgaste físico excesivo y los jugadores tienen una enorme presión sobre sus hombros. Esto, según parece, podría repercutir negativamente en el desempeño futuro de los jugadores que participan en ella y, en el peor de sus casos, llevar a lesiones que pudieran a cortar la vida deportiva de los jugadores.

Para evitar males mayores han decidido que el partido de pretemporada entre los Boston Celtics y los Brooklyn Nets que se celebrará el próximo día diecinueve, domingo, se celebrará no a cuarenta y ocho minutos, sino a cuarenta y cuatro minutos.

Esto ayudaría, teóricamente a hacer que los jugadores rindan mejor y se cansen menos. Añadido a esto tendríamos la eliminación de dos tiempos muertos.

No sería la primera vez que los partidos de baloncesto se juegan a menos de cuarenta y ocho minutos por partido. De hecho hasta los años cincuenta los partidos eran a cuarenta minutos en cuatro cuartos de diez minutos. Es más, actualmente la liga universitaria juega como se hacía antiguamente en el viejo continente, con dos tiempos de veinte minutos.

Sin embargo resulta muy llamativo que se alegue que se desea cuidar a los jugadores y a la vez se eliminen dos tiempos muertos en los que los jugadores pueden descansar y en los que cualquier jugador que se encuentre en ese momento bajo de fuerzas puede ser sustituido por compañeros frescos sin demasiado problema.

Es más probable que la explicación esté en el nuevo contrato que ha firmado la liga y en la teoría de muchas cadenas de que los partidos se alargan mucho y resulta complicado que los espectadores se queden durante todo el partido, lo que reduce mucho el valor de la retransmisión al no garantizar a los anunciantes que la gente está mirando la pantalla cuando dan anuncios. Al final va a resultar que lo de que los jugadores se agotan es solo una explicación muy débil a un problema de dinero muy fuerte.