Los Houston Rockets son ahora mismo uno de los mejores equipos de la liga. De hecho son segundos por delante incluso de los Memphis Grizzlies, quienes a principio de esta temporada estaban llamados a ser los campeones y llevarse el primer anillo para la franquicia de Tennessee en toda su historia. Tienen un juego rápido y agresivo centrado en su quinteto titular y especialmente en Trevor Ariza y James "La barba" Harden. Por el contrario, los Phoenix Suns están en el último puesto de la Conferencia Oeste que da acceso a los playoffs y llevan 12 victorias por 9 derrotas, lo que da cierta idea de la diferencia entre ambos conjuntos.

La victoria parecía fácil para los de Texas.

Con la llegada del primer cuarto los Houston Rockets salieron a la cancha para acabar el partido por la vía rápida asediando la canasta de los Phoenix Suns mientras al mismo tiempo establecían una fortaleza alrededor de la propia. En la parcela ofensiva el protagonista de la primera mitad del cuarto para los texanos fue un Jason Terry que logró 8 de los primeros 16 puntos de su equipo y empezó a abrir una brecha en el marcador que sus compañeros se ocuparon posteriormente de seguir ampliando hasta llegar en el final del cuarto a un marcador de 35 a 18. Los tejanos habían logrado casi duplicar a sus rivales en este primer cuarto y lograron sacarles una ventaja de 17 puntos en solo 12 minutos.

En ese momento los Phoenix Suns estaban ya completamente rotos, pues no solo habían perdido en el marcador, sino también sobre la cancha, donde los Houston Rockets habían dominado el juego en todas y cada una de las facetas hasta cerrar le partido en el primer cuarto.

En el segundo cuarto los Phoenix Suns trataron de arreglar la situación, pero solo lograron empeorarla, pues sus rivales no solo no perdieron el cuarto sino que lo ganaron.

El cuarto acabó con un resultado de 23 a 25 para Houston Rockets y un cuarto menos para los de Arizona para tratar de alcanzarles en el marcador. Una ventaja de 19 puntos visto lo que había ocurrido sobre la cancha era definitivo.

En la segunda mitad los Houston Rockets guardaron armas para otros partidos y salieron a aguantar el resultado.

Acabaron perdiendo ambos cuartos, pero incluso sin esforzarse los de Texas lograron un resultado de 54 a 40, que parece mucho pero seguía sin ser suficiente. Al final 100 a 95 y un partido ganado en los primeros 12 minutos.