Los Cleveland Cavaliers son ahora mismo uno de los mejores equipos de la Conferencia Este, al menos potencialmente. Tienen en su equipo a uno de los mejores jugadores de la actual liga de baloncesto profesional de Estados Unidos y además han apostado por un equipo para arroparle y hacerle aún mejor de lo que es. Sin embargo en este momento no están en su mejor momento y no parece que vayan a poder plantar cara al final de la temporada a equipos como los Washington Wizards, los Toronto Raptors o los Chicago Bulls, no digamos ya a los grandes monstruos del otro lado del país como los Portland Trail Blazers, los Golden State Warriors o los Memphis Grizzlies, el caso de los Oklahoma City Thunder por ahora queda en suspenso a la espera de vez si logran clasificarse o no.

por el contrario los Minnesota Timberwolves son un equipo que en este momento no tiene nada que hacer contra la mayor parte de los equipos, pues sin su base titulas, Ricky Rubio, sencillamente no tienen modo de hacer que el sistema de juego para el que el equipo fue diseñado funcione. La victoria de los de Ohio parecía casi segura.

Ya desde el inicio los Cleveland Cavaliers plantearon el partido haciendo especial hincapié en la defensa sobre el sustituto de Ricky Rubio en esa posición, sabedores de que es precisamente ahí donde más débil está el equipo al mismo tiempo de ser el punto desde donde saldrán la mayor parte de las jugadas de peligro que puedan llegar a generar los chicos de Minneapolis.

Esto llevó a que los Minnesota Timberwolves fueran poco a poco perdiendo la comba al partido y que, aunque plantaron cara y demostraron que tienen un orgullo que es complicado que pierdan, no fueron capaces de encontrar ningún momento en el que fueran superiores a sus rivales.

Al final del partido el marcador marcaba un 125 a 104 que dejaba muy claro que en ningún momento habían estado los Minnesota Timberwolves siquiera cerca de plantear seriamente cara a los Cleveland Cavaliers y que durante la mayor parte del partido el encuentro había sido un mero trámite que cumplir para cobrar las entradas de rigor.