Los Cleveland Cavaliers son ahora mismo uno de los equipos que están en una posición inferior a la que los nombres que componen la plantilla parecerían predecir. Tienen entre sus jugadores a uno de las grandes figuras de estas últimas temporadas, considerado por muchos como el sucesor de Michael Jordan y que ha vuelto a su primer equipo para tratar de llevarlo hasta el primer puesto de la temporada y después al primer anillo de su historia. Sin embargo, solo han logrado 14 victorias en 23 partidos y no están quintos en la Conferencia Este, cuando todos predecían que estarían entre los primeros de la liga.

Por el contrario, los Charlotte Hornets están haciendo un papel muy digno para un equipo que no está diseñado para ganar títulos sino para ir haciendo crecer a sus jugadores jóvenes hasta llegar en unos años a tener un equipo sólido. No han logrado grandes resultados pero con 6 victorias por 18 derrotas van algo mejor de lo que se esperaba de ellos.

En el primer cuarto los Cleveland Cavaliers salieron a la cancha con la clara intención de que este fuera un partido de un solo cuarto y fueron bastante efectivos en su tarea. Plantearon un juego rápido y directo que en muy pocos minutos sobrepasó a los Charlotte Hornets, que no fueron capaces de detenerles de manera efectiva. En la faceta defensiva fueron muy expeditivos y lograron secar la anotación de los de Carolina del Norte sin cometer excesivas faltas, lo que les valió para que al final de los primeros 12 minutos el marcador fuera de 34 a 17, duplicando el marcador de sus rivales y dominando claramente tanto sobre la cancha como en el luminoso.

En los otros tres cuartos los Cleveland Cavaliers se dedicaron a contemporizar, no forzando excesivamente la máquina y tratando de que el partido no se les fuera de las manos al mismo tiempo que mantenían la presión en todas las líneas para que los Charlotte Hornets no estuvieran cómodos y fallaran los suficiente para que el partido cayera con cierta facilidad por 97 a 88 del lado de los Cleveland Cavaliers.