Los Utah Jazz son ahora mismo uno de los equipos que lucha sin demasiada esperanza en la parte baja de la tabla de la Conferencia Oeste por llegar a uno de los últimos puestos que dan acceso a las eliminatorias por el título de campeones de la liga de baloncesto profesional de los Estados Unidos. No tienen mucho que hacer en virtud de la baja calidad general de su plantilla y de las pocas capacidades de conjunto que pueden aportar a la pelea por la mayor parte de los partidos.

Por el contrario, los Memphis Grizzlies son uno de los equipos que en este momento pelea en esta misma Conferencia Oeste por el primer puesto, que asegura el factor campo en los partidos de ese lado de la tabla y, dado que es la parte del país donde están teniendo lugar la mayor parte de las victorias, posiblemente también en la final por el anillo.

Ha logrado enfrentarse con solvencia a la mayor parte de los equipos de este lado de la tabla, entre ellos a los Golden State Warriors y los Portland Trail Blazers, lo que dice mucho de las capacidades de este equipo para ganar partidos. La mayor parte de la gente apostaba por ellos para la victoria.

Ya desde el principio los Memphis Grizzlies trataron sin excesivo éxito de dominar el partido, con un juego muy centrado en su pívot titular, el español Marc Gasol. Muchos de los balones acababan siempre en sus manos y eso les volvió cada vez más previsibles, lo que fue aprovechado por sus rivales para planear con mucha más ventaja las posibles ayudas que pudieran servir para secar dentro de lo que fuera posible a la gran estrella de sus rivales.

Los Utah Jazz pusieron mucho de su juego defensivo en esta misión, lo que liberó a otros jugadores y permitió a algunos como Mike Conley percutir con mucha mayor facilidad en la canasta de los de Salt Lake City. Sin embargo, la falta de acierto provocada por la defensa de su jugador más valioso hizo que los Memphis Grizzlies fueran poco a poco apagándose hasta quedar reducidos a un equipo de mucha menor calidad.

Al final del encuentro el luminoso reflejaba aquello que muchos ya sabían en la cancha. Los Memphis Grizzlies habían sido un equipo mucho peor de lo que estaban acostumbrados a ser y lo habían pagado con una derrota frente a un conjunto que estaba muy por debajo del suyo sobre el papel. El marcador quedó en un 97 a 91.