Rafael Nadal vive horas muy poco frecuentes en su exitosa carrera. En un año en el que el español regresaba al circuito después de alguna que otra lesión, su presente no es el esperado. Sus resultados hasta ahora han sido opacos mostrando un nivel bajo, cuestión que el ambiente del Tenis no esta acostumbrada a ver. Como dato positivo está el título logrado en el atp de buenos aires, el único torneo que ganó en la temporada.

Por otro lado se vienen días importantísimos y cruciales en la vida del mallorquín, ya que debe defender los buenos resultados obtenidos el año pasado. De lo contrario, si no repite aquellas destacadas performances, el mejor tenista de la historia en canchas lentas tendrá un brusco descenso en su ránking. Hasta podría dejar de ser top ten si no levanta su rendimiento. Su próximo compromiso será el Master de Madrid en el que Rafa defenderá el titulo; luego le tocará disputar el atp de Roma, al que llegó a la final el año pasado y después Roland Garros, su gran especialidad y obsesión en el que deberá salvaguardar el título nuevamente. Con respecto al Grand Slam parisino, es una gran disyuntiva si el español podrá lucirse, teniendo en cuenta el excelente momento que atraviesan Djokovic, Federer y Nishikori, quien está a pocos puntos de desplazarlo del cuarto puesto del ránking.

Rafael Nadal sabe de duras batallas, sabe hacerse fuerte cuando las cosas no salen, tiene una personalidad de un hombre fuerte, de un ganador nato. Habrá que ver si en estas semanas demuestra toda su jerarquía, levanta su juego y empieza a ganar partidos y campeonatos. Es el momento indicado para hacerlo, sino estará en una caída estrepitosa no acorde a su trayectoria.

Vale destacar que este arranque del manacorí es el peor en mas de una década; solamente en el año 2004 había obtenido malos resultados. Yendo a los números específicamente, el zurdo ganó 19 partidos y cayó en siete ocasiones, dejando muy en claro su pobre presente. Además, no llegó a instancias decisivas en ningún torneo importante y de renombre. Disputó una sola final en Buenos Aires en el que se proclamó campeón.

Su reinado sobre polvo de ladrillo peligra en demasía y su resurgimiento en el circuito es toda una incógnita. De no levantar cabeza en lo inmediato, quedará relegado en el escalafón mundial.