Goles son amores. Por eso, el título de los periodistas Paulich, Caballero y Santanovich hace alusión al amor de Bernardo Romeo por el gol. Porque fue un increíble goleador, que tuvo su apogeo futbolístico en San Lorenzo de Almagro -aunque el tandilense también pasó por Estudiantes y tuvo su experiencia en el Fútbol europeo-. La única espina de "Berni" en el club de sus amores fue no haber conquistado las tres cifras en materia de conversiones: la estadística indica que anotó 99 goles con la camiseta roja y azul.

Los autores explicaron que la idea la tuvieron hace mucho, y la misma tomó mucha más fuerza cuando el goleador retornó al club, allá por 2008. Sin embargo, la misma se diluyó, producto de malos resultados deportivos, y de la aguda situación que padeció la institución hasta el año 2012 inclusive, cuando pasó la Promoción ante Instituto de Córdoba y pudo mantener su estadía en la máxima categoría. Pero, con el arribo de la nueva dirigencia, renació este proyecto, y poder plasmarlo en papel se convirtió en una realidad, ya que el mismo protagonista afirmó sus ganas de realizar esta nueva aventura.

El libro contiene historias, anécdotas y muchas aventuras realizadas por el goleador. Desde sus inicios en la ciudad de Tandil, su paso por Estudiantes de La Plata, su arribo a San Lorenzo y su trayectoria en Europa, magníficos sucesos vivió Bernardo Romeo, ídolo de San Lorenzo. Además, una historia singular se produce en su arribo a la institución platense, donde conoció a su mujer y formó su actual familia.

Actualmente Bernardo Romeo se desarrolla como manager de la institución. Tiene un principal vínculo con el plantel, y además es el encargado de diversas acciones, que tienen que ver con la incorporación de futbolistas y el seguimiento de los mismos. Aclamado por la gente, todavía se espera la realización de su partido despedida, como jugador claro está, que tras varias idas y vueltas no pudo concretarse. Lo que sí es verídico, es el amor recíproco del jugador con la gente de la entidad azulgrana, que entre todos, hoy sueñan con volver a Boedo.