Sí hay un equipo que nos ha acostumbrado a romper con todas lasestadísticas, ese ha sido el River del Marcelo Gallardo. El Millonario logró supase a la semifinal de la copa Libertadores venciendo por 3 a 0 a Cruzeiro enel Mineirao, luego de haber caído por 1 a 0, el jueves pasado, en elMonumental.

River viajó a Brasil con un resultado que, a priori, parecía difícil de revertir. Si bien la diferencia era deun solo tanto, el conjunto de Belo Horizonte llegaba a este encuentro invictoen condición de local y, no sólo eso, además, no había recibido goles en dichospartidos.

Como si esto fuera poco, el Millonario nunca había podido superar aCruzeiro en una llave eliminatoria. Pero nada importó a la hora de salir a lacancha.

Desde el arranque se vió un River agresivo, convencido de lo que iba abuscar y de la manera de conseguir ese objetivo. Es así que, si bien sufrió enla primera pelota del partido, se encontró con el gol tempranamente en unacontra bien comandada por Teofilo Gutierrez y mejor definida por CarlosSanchez, verdugo de Boca en octavos de final. La impaciencia crecía en los simpatizantes delconjunto local, al mismo tiempo que hacía mella en las decisiones de susjugadores. River encontró en el gol un bálsamo para seguir planteando elpartido de igual a igual y tuvo varias chances para ponerse 2 a 0 arriba.

Estorecién ocurrió a los 44’ del segundo tiempo, con un córner ejecutado desde laizquierda por Ariel Rojas y un soberbio cabezazo de Jonatan Maidana. Ya en elsegundo tiempo la cuestión se resolvió más rápido cuando a los 15’ TeófiloGutierrez demostró por qué el técnico sigue confiando en él.

A veces resulta un cliché escucharque ‘’la figura fue el equipo’’,pero, sin dudas, éste fue el caso.

La insistencia en el doble 5 y el ingreso deAriel Rojas fueron méritos incuestionables de Gallardo. A propósito delRiojano, disputó su último partido vistiendo la camiseta de River. Volviendo alas bases, otro que ingresó fue Gabriel Mercado, cumpliendo una destacada tareaen el costado derecho del conjunto de Núñez. Vale la pena destacar, también, lavalentía de Rodrigo Mora para jugar infiltrado los 90 minutos por un dolor ensu rodilla izquierda.

El uruguayo se puso el overol y se encargó de bajar cadapelota que le llovía del pie de sus compañeros para que Gutierrez se sirvierade esa segunda pelota y, a partir deallí, gestionará los ataques. Por caso, el primero y el tercero de los tantos Millonariosllegaron de ésta manera. Hondando un poco más en el doble 5, Kranevitter fue eldueño absoluto de la mitad de la cancha mientras que Ponzio se encargó deejercer la presión en terreno adversario. Inagotable, Leo se retiró ovacionadopor los casi dos mil hinchas que presenciaron esta gesta histórica del conjuntode Núñez.

Trás la conquista, los jugadores se congregaron en un festejo que terminó con una dedicatoria muy especial para todos aquellos que se encargaron de hablar tratando, sin éxito, como en sus presentes deportivos, de embarrar la clasifcación de River por sobre Boca. 

El Vasco Arruabarrena tendrá que aguardar para volver a hablar del Millonario, porque lo que le resta a River en la copa es esperar.

Su rival saldrámañana del choque entre Racing y Guaraní, recordemos que los paraguayos ganaronpor 1 a 0 en la ida y la llave se definirá en el Cilindro de Avellaneda. Pero, recién se medirá ante uno de estos dos equipos en el mes de Julio,pasada la copa América. En el receso, River podrá recuperar soldados caídos,como Alvarez Balanta, y reforzarse de cara a lo que viene. De hecho, no sólopodrá, sino que deberá, ya que perderá a Ariel Rojas y el futuro de TeoGutierrez es más que incierto.

River avanza y sigue haciendo historia a la vez que vuelve a losprimeros planos del continente y el mundo. Por su parte, el Muñeco no se quedaatrás y estira su invicto en llaves eliminatorias de competenciasinternacionales. Con la G de Gallardo, el Millonario ganó, gustó y goleó, perono se conforma.