Alejandro Burzaco es uno de los tres argentinos involucrados en el escándalo de corrupción que estalló en la Fédération Internationale de Football Association (FIFA), que era intensamente buscado por Interpol y sobre el cual regía una alerta roja debido a la celeridad con la que se precisaba ubicar su paradero. Los otros dos prófugos, ahora que Burzaco ya se entregó, siguen siendo Hugo y Mariano Jinkis, dueños de la compañía Full Play.

Bolzano fue la ciudad en la que culminó el raid de búsqueda de Alejandro Burzaco, quien asistió por sus propios medios a la dependencia policial de esa ciudad italiana para dar por finalizada esta primera parte de persecución que pendía sobre su persona, y ahora está sujeto a las normativas y a las autoridades internacionales, quienes se encargarán de decidir cuál será el futuro del antiguo Director de Torneos y Competencias.

Según las declaraciones que brindó esta mañana Sergio Berni, Secretario de Seguridad, a Radio del Plata, Burzaco se habría entregado a las 6.30 (horario de Argentina) y ahora deberá esperar el interrogatorio que llevarán a cabo personalmente varios fiscales de Estados Unidos, país en el que se radicó la denuncia original que generó innumerables repercusiones en el mundo.

Berni agregó que al tener pasaporte italiano, Burzaco podría complicar los trámites derivados a partir de su aparición espontánea en la comisaría de ese país y a la que concurrió con sus abogados. Respecto a Hugo y Mariano Jinkis, el Secretario de Seguridad informó que todavía es incierto su paradero, y que continúa la búsqueda de ambos tanto en nuestro país como en el extranjero.

La denuncia pública por parte de la fiscal norteamericana Kelly Currie sólo confirmó con evidencias los rumores sobre el historial de sobornos y corrupción que siempre rondaron a los altos mandos de la FIFA, pero que hasta ahora nadie había podido o se había atrevido a develar públicamente o a denunciar. Pero todo cambió cuando la fiscal comandó a través de la justicia de su país el arresto de varios funcionarios de la FIFA, visiblemente sorprendidos por la medida.

Todas las miradas de repudio y las demandas de explicaciones apuntaron a la figura de Joseph Blatter, presidente de la FIFA en ese momento y con la presión de las elecciones que se celebrarían unos días después de la explosión judicial y mediática. Pero como solía verse en el famoso anillo del fallecido Humberto Grondona, cuyo nombre también figura entre las denuncias, "todo pasa".

Es decir, las elecciones se realizaron en medio de pedidos de renuncia a Blatter, entre incógnitas y declinaciones de algunos de los candidatos al puesto mayor de la entidad del Fútbol mundial.

Pese a lo insólito de la situación, Blatter volvió a ganar, gracias a los votos de sus aliados. Quizás la coherencia, el sentido común, la presión de varios auspiciantes que manifestaron su voluntad de retirar sus patrocinios a la entidad y a los futuros mundiales o las declaraciones de notables figuras del fútbol fueron algunos de los motivos que llevaron a Blatter a presentar su renuncia a este nuevo mandato días después de su triunfo. Mientras ahora las peleas se centran en quién será el próximo líder de la FIFA, la investigación sigue su curso y los amantes del fútbol esperan que, de una vez por todas, se termine con la corrupción en este deporte.