Luego de sufrir su segunda bancarrota en el período de diez años, el Parma Football Club debió desaparecer. Sin embargo, demostrando que es un equipo importante para el calcio italiano y para el fútbol europeo e internacional en general, menos de una semana después reapareció con un nuevo nombre, nuevos inversores y nuevos administradores, para emprender su camino de vuelta a la Serie A.

El día 28 de junio fue fundado el club Parma Calcio 1913, reteniendo parte del nombre original y agregando el año de su primera fundación para conservar la historia.

Los responsables serán ocho inversores locales que tienen como figura principal a Guido Barilla, empresario gastronómico de la ciudad. Entre los otros siete se incluye a la firma Parmalat, que antes de su quiebra de 2003 fuera parte importante de los logros del club en la década de 1990, la cual también se refundó en la última década. Los hinchas del club también podrán aportar si así lo desean, ya que la nueva sociedad les venderá acciones a 500 euros para así engrosar su capital inicial.

El nuevo presidente del Parma será otra cara conocida de la ciudad: Nevio Scala. En aquellos años de gloria, Scala fue el director técnico del equipo entre 1989 y 1996 coronándose campeón de la Copa Italia 1992, la Recopa 1993, la Supercopa Europea 1993 y la Copa de la UEFA 1995.

Bajo su conducción, ahora como presidente, se formará el primer equipo que afrontará la temporada 2015-2016 en la Serie D.

Apoyándose en el artículo 52 de las normativas de la Federación Italiana, que le reservaba un lugar a una institución de la ciudad como sucesor del desaparecido club hasta el día 10 de julio, el Parma Calcio 1913 pudo inscribirse en la cuarta división.

De esta manera, al menos podrá comenzar desde el nivel más alto para los equipos no profesionales y no se verá obligado a emprender su camino desde el fondo del sistema de ligas del país compitiendo desde torneos provinciales.

Serán tres las divisiones que deberá escalar el Parma: de la D a la Lega Pro (ex Serie C, ahora unificada), de allí a la Serie B y por último a la Serie A, con un mínimo de tres años para volver al nivel máximo.

No obstante, seguramente no será una tarea de fácil cumplimiento.

Además, antes de pensar en volver a la primera división del calcio italiano, tendrá otras cuestiones que resolver como ser el nuevo plantel, cuerpo técnico, el estadio en el que jugará (el que era de Parma pertenece al municipio), así como escudo y camiseta. Todo eso, en un plazo de no más de tres meses. A pesar de las dificultades que deberá seguir afrontando, lo importante es que el Parma está de regreso.