Venían de un cimbronazo importante. La ola polar en el terreno más rival de todos afectó a los campeones y la derrota sacudió la tranquilidad. Racing recuperó su alma en estado crítico y derrotó muy bien a San Lorenzo en el Ciudad de La Platapor la Copa Argentina, conun colorido espectáculo desde las tribunas que se trasladó al campo de juego.

La agónica victoria de la Academia por 2 a 1 se justificó en: Gustavo Bou, la figura, lo definió con la calidad y la confianzaque le otorga su presente -en poco más de un año y 50 partidos convirtió 27 goles-.

Diego Coccainfluyó conlos cambios: los ingresos de Washington Camacho y Mariano Pavone fueron determinantes en el mediocampo y la presión sobre la defensa rivalque parecía inviolable. Y, fundamentalmente, la actitud de ir a buscar el gol desde el primer minuto -Bou tuvo el empate recién iniciado el segundo tiempo, pero Sebastián Torrico lo evitó-.

El comienzo fue parejo, entretenido y se vio a ambos equipos buscando ganar sin desesperarse. Con la inclusión de Oscar Romero por el sancionado Marcos Acuña -expulsado en la fase anterior ante Atlanta-, Racing mantuvo los demásque venían de ser azotados en el clásico. En cambio, el conjunto de Edgardo Bauza formó con algunos jugadores no habituales.

Y quizá por ello, el primer tiempo haya sido un anticipo del partido que estos clubesvan a jugar el domingo por el torneo.

Pese a la paridad inicial, la iniciativa fuedelos dirigidos por Cocca y de no ser porTorrico, que despejó un remate lejano de Bou, casi seponen en ventaja. Pero fueron los azulgrana los que generaron las más claras y peligrosas, en su mayoría con la participación de Néstor Ortigoza en la elaboración y Martín Cauterucchio en la definición.

Precisamente fue el delantero uruguayo quien abrió el marcador en una rápida maniobra dentro del área, en la queaprovechó una desatención defensiva y tras acomodarse envió la pelota al otro palo de Sebastián Saja que miraba sin reacción posible el gola los 41 minutos.

La segunda parte fue diferente. Racing salió a buscar el empate obligado.

San Lorenzo descansó en la victoria parcial, se recostó en las cercanías de su área y soñó con la semifinal, mientras pensaba en el domingo. La pelota merodeaba el arco, cada vez más cerca el empate que no llegaba.

En una jugada exigida hasta la línea final,Ricardo Noir enviar un centro incómodo al que Bou le puso el cuerpo para aguantar a sus marcadores y el pie para asistir a Luciano Aued, que nunca olvidará esa jugada, parael 1 a 1.

Un epílogode suspenso, acción y terror. La activa presencia de Pavone -que reemplazó al emblema Diego Milito- generó la situación más extrema del partido. Se jugaba el minuto final, el delantero ingresó al área forcejeando con dos rivales. Mientras gira y gana la posición Mauro Cetto lo toma de la camiseta, cae y el juez Diego Abal cobra penal.

Otra vez Bou frente a la pelota. Tuvo las más claras, dio el pase parael empate y le peinó la pelota a Pavone en la jugada definitoria. Enfrente su némesis en la noche platense. Torrico, especialista en milagros desde los doce pasos, aguardaba.

Esta vez fue para el entrerriano. Gol para la victoria y el pase a semifinales de Racing. Los siguientes 4 minutos quedaron para disfrutar del espectáculo en las coloridas y repletas tribunas, como un clásico merece.

Ganó Racing porque Bou, Cocca y sus compañeros lo buscaron. Eliminado San Lorenzo, porque soñando se durmió y el historial lo volvió a descansar.