En el estadio Tomás Adolfo Ducó de la ciudad de Buenos Aires, River Plate y Huracán empataron 2-2 en el partido de vuelta de las semifinales de la Copa Sudamericana y, con la igualdad, el equipo de Parque Patricios accedió a la final del certamen donde enfrentará a Independiente Santa Fe de Colombia.

Huracán se puso en ventaja a los 3 minutos de juego, gracias a un gol de Patricio Toranzo. A los 26, Ramón Abila le hizo un sombrero al arquero Barovero y definió de cabeza para aumentar la ventaja e irse al descanso 2-0.

El destino del Millonario parecía sellado.

Había perdido 0-1 el partido de ida en el Estadio Monumental, estaba dos goles abajo en el marcador, Ponzio estaba amonestado desde los 5 minutos (debió ser expulsado por doble amarilla tras cometer una dura infracción a Espinoza), y lo más preocupante: el equipo jugaba muy mal. El desempeño de la defensa no daba garantías (Gallardo apostó por una línea de tres en el fondo con Mercado, Maidana y Balanta), y el medio campo estaba inconexo con los atacantes.

En el segundo tiempo ingresaron Gonzalo Martínez, Camilo Mayada, y Lucho González, y se vio otro River. El conjunto de Gallardo consiguió tener más el balón y -con más ganas e ímpetu que Fútbol y juego- fue al ataque en busca de la clasificación.

El delantero uruguayo Rodrigo Mora convirtió los dos tantos del Millonario en el complemento (en el minuto 24 anotó el descuento, y en el 37 puso el empate 2-2), pero no alcanzó. Además, sobre el final Carlos Sánchez fue expulsado por agredir a un alcanza-pelotas de Huracán.

Si bien el árbitro se quedó corto con lo que adicionó, River fue eliminado por un Huracán que lo superó en varios momentos de la serie (como en el partido de ida y en gran parte del de vuelta) desplegando una clara idea de juego y buen fútbol.

El conjunto de Gallardo pagó caro el gol sufrido en el Estadio Monumental, "regaló" el primer tiempo en el Ducó (aunque no hay que restarle mérito a Huracán) y no supo desarrollar un juego organizado, recurriendo en reiteradas oportunidades a centros e improvisaciones.

Del lado de Huracán, aunque sufrió hasta el último minuto, todo fue alegría tras el final del encuentro: el equipo de Domínguez eliminó a River y accedió a la final de la Copa Sudamericana, que será la primera internacional en toda su historia.

El partido de ida entre el Globo e Independiente Santa Fe se jugará el 2 de diciembre en Buenos Aires, y el miércoles 9 se disputará el de vuelta en Bogotá (Colombia).

Por el lado de River, la sensación tras el partido fue de preocupación. Si bien el carácter y la personalidad del equipo apareció en el segundo tiempo para revertir un resultado adverso (hasta tuvo alguna chance sobre el final para convertir el gol de la victoria y la clasificación en los pies de Alario), el rendimiento sigue preocupando al técnico Marcelo Gallardo. La defensa no muestra la misma solvencia y rendimiento que durante la Copa Libertadores, y de mitad de cancha hacia adelante se abusa del envío de centros al área y falta más creatividad para generar jugadas de peligro (Pisculichi no pudo jugar por lesión).

River no tendrá competencia oficial hasta el día 16 de diciembre, cuando tenga que hacer su debut en el Mundial de Clubes, disputando la semifinal.