El martes pasado, el gigante de Asia, dejó depreciar su moneda (el Yuan), como estrategia de recuperación de su posición en el comercio internacional. El gobierno chino tomó la iniciativa de no operar en el mercado de cambios, dando mayor participación a la demanda y oferta de divisas, lo que resultó en una suba entre el martes y el jueves pasado de un 3% en la cotización del Yuan.

Esto generó entre otras cosas, salida de capitales en los países emergentes, caída en las principales bolsas del mundo, incluida la bolsa local ( -3,5% el Meval, -0,7% el Dow Jones, -1,9% el NIKKEI, -4,5% el CAC, y -5,16% el DAX), y retracciones en los commodities del orden de -2,9% en la soja el martes y de -4,2 % en el Barril de WTI.

China ha evidenciado un deterioro en su ritmo de crecimiento en los últimos años, ubicándose entorno al 7% anual. Ahora bien, aunque es verdad que su situación económica presenta una tendencia decreciente, no podemos soslayar el hecho que su ritmo de crecimiento se encuentra todavía en un nivel respetable, teniendo en cuenta que no se presentan cifras mundiales mucho mayores ( 2,5% de acuerdo a cifras del Banco Mundial para 2014, año en el que China experimentó una tasa 7,4%).

Esta desaceleración tiene impacto negativo para la economía Argentina, ya que es uno de nuestros principales socios comerciales. Tampoco podemos dejar de mencionar a Brasil,que ha experimentado fuertes enfrentamientos sociales luego del replanteo de su situación fiscal y de cierta inestabilidad política originada en la fragilidad del gobierno Dilma Roussef a partir de los sucesos del caso Petrobras.

Esto, sumado al repunte de la inflación local y a que no presenta signos de recuperación económica, genera condiciones desfavorables y es un alerta para la macro local.

El fortalecimiento del Dólar es otro hecho clave y ha implicado el redireccionamiento de capitales hacia el mercado norteamericano, impulsando una caída en el precio de las materias primas.

Este escenario internacional complicael margen de política económica para la Argentina, teniendo en cuenta la evolución negativa del Superávit Primario (que registró un saldo negativo del orden de $ 32.433,9 millones durante el primer trimestre de 2015, según la Secretaria de Hacienda) y por otro lado, el saldo de la balanza comercial, que también presenta un fuerte deterioro.

El saldo del mes de mayo fue de u$ 355,4 millones de dólares, un 72,4% menos que el mismo mes del año 2014, y durante junio fue de u$ 456 millones de dólares, un 57,14% inferiorque el mismo mes de 2014, según datos del INDEC. La última cifra para el Estimador Mensual de Actividad (EMAE), presenta una evolución positiva del orden de 0,8% mensual durante mayo, y un 2,2% respecto a 2014, mostrando cierto repunte de la actividad local.

El mercado cambiario sigue manifestando inestabilidad, ante la incertidumbre de la evolución de las principales variables macroeconómicas (balance externo y balance del sector público), y la situación política local, en un escenario electoral todavía no definido. Esto obliga al BCRA a seguir interviniendo para mantener la cotización del tipo de cambio oficial.

El gran desafío que viene es orientar la economía a un sendero de crecimiento y combatir el proceso de estanflación, que de mantenerse, no ofrece hacia adelante un escenario proclive a la creación de nuevos empleos. Esto deberá implicar una programación integral, a fin de enfrentar los desafíos planteados.