La talla grande en la mujer no es sinónimo de no encontrarásnada en tiendas si no bajas de peso y talla o nadie te mirará por ser una tallagrande.

Hay que reconocer que esta sociedad superficial en que todoste muestran que para estar perfecta debes ser una talla 34-36 para ser eleganteo pasable a la hora de estar con otras personas o bien para conseguir untrabajo decente.

Lo triste es que es tanto lo que le llegan a comer a unamujer el cerebro inculcando que debes ser delgada que llegan algunas mujeres arozar o probar la anorexia. Esto último, realmente es tremendo porque se juegacon la Salud de una persona, en este caso, las mujeres jovencitas hasta lasmaduras.

Es el caso de María Soledad quien de joven era una mujerdelgada, no tan delgada pero si tenía su peso y altura adecuada con unaalimentación sana. Todo le quedaba de maravillas, cualquier vestido o pantalón.

Al casarse todavía conservaba una figura estupenda hasta quetuvo su primer embarazo. Allí no le gustó lo que el espejo le devolvía comoimagen. Pero claro, era una imagen de un momento bonito de la mujer queesperaba mellizos. Pero aún embarazada seguía conservando su sex appeal.

Después de haber tenido a sus mellizos, vio horrorizada comosu cuerpo había cambiado radicalmente, aunque hizo una dieta y ejercicios rigurosospara bajar esos kilos de más y volver a su figura de antes, no lo pudo logrartotalmente.

Entonces por algunos años quiso probar lo que tanto se temíaa comer desmesuradamente pero luego se metería los dedos para sacar lo quehabía comido con ganas. Convencida que hacía lo correcto, un día su esposo lahaya en el suelo tirada con sangre en la boca, inmediatamente llamó a laambulancia y le comunicaron a su esposo que se estaba estropeando la laringe yfaringe por sus continuos vómitos por padecer la anorexia.

Su esposo no dabacrédito a lo que escuchaba, porque no se había dado cuenta de la enfermedad desu esposa.

Hoy, tras mucha terapia, María Soledad tiene el pesoadecuado a su estatura pero con una dieta sana y haciendo siempre ejerciciostodos los días. Ella ahora, después de este calvario vivido en primera persona,da charlas a otras mujeres que se ven gordas o que tienen tallas grandes paraque no decaigan por una sociedad hipócrita que les vende belleza siendodelgadas.