¿Cuánta gente es impulsiva y no sabe controlar estos arrebatos? En ocasiones ante un momento de nuestro instinto y rapidez, actuamos sin pensar las cosas. Aprender a controlar esos impulsos no es nada fácil, pero se puede controlar si afrontamos las situaciones con tranquilidad, con serenidad y sensatez. Aunque ahora hay centros de ayudas para autocontolarse, son pocas las personas que lo hacen o se dan cuenta que necesitan ayuda para no ser impulsivas en todos los órdenes.

Aprendamos a controlar nuestros arranques de impulso. ¿Cómo? Todo lo que hacemos por impulso, sabemos que tenemos consecuencias, buenas o malas según el caso.

¿Cuántas veces tuviste el impulso de decir algo porque te sale de adentro o estabas por decirlo y te callaste guardando esa bronca? O ¿cuántas veces por impulso llamaste la atención a una persona delante de todos en vez de decirle las cosas en privado? Siempre se debe contar hasta diez antes de actuar y si es necesario hasta 20 también. Si dedicas unos segundos o unos minutos a reflexionar antes de hacer algo determinado, harás que lo veas más objetivamente.

A veces es mejor optar por el silencio y te digo: ¿el por qué? Antes de dar una contestación inadecuada es preferible pensar en este refrán: "Antes de poner la lengua en movimiento, pon la mente en funcionamiento" eso permitirá que plantees una solución.

Cultivemos la asertividad o sea, la capacidad de transmitir algo con sentido y significado. A veces las palabras provocan malentendidos y ambas partes se pueden sentir heridos. Uno debe aprender a enviar mensajes a través del habla pero sin herir, sin chocar. Hablando se entiende la gente dicen…

Fomentar la empatía tampoco es tarea fácil ya que se debe poner en el lugar del otro sin estar atacando.

La impulsividad no es sinónimo de sinceridad, no es creerse que lo que se dice es palabra santa porque uno es sincero, no. La sinceridad es una virtud, el impulso es otra cosa es no medir la consecuencia. Afiancemos las relaciones con las personas, no cometamos el pecado o el error de usar la espada de Damocles, no siempre tenemos razón cuando somos impulsivos. Aprende a ser tranquilo, piensa, medita, no juzgues a la ligera y si debes llamar la atención a alguien, hazlo en privado no delante de nadie porque eso se considera humillación.