¿Por qué se acepta más a un hombre gay que a una lesbiana?

Hoy en los tiempos que corren, ya no nos asombramos de nada. Que un hijo, amigo o pariente te diga soy gay o soy lesbiana no es un horror.

Sin embargo, todo está en la aceptación de ambos géneros. Pareciera que en el hombre es más aceptable ser gay que en la mujer que digan: soy lesbiana.

En ambos casos, la homosexualidad tanto en el hombre como en la mujer continúa presente en todo el planeta, sin importar razas, credos, clases sociales o económicas. Hay personas homosexuales entre gente muy culta que callan por el miedo al qué dirán y los hay sin educación académica alguna también.

Fíjense sino hace pocas semanas atrás, en que subieron en internet una nota sobre dos ministras colombianas, que llevaban una relación como pareja. Los políticos gubernamentales de Colombia casi se mueren de un infarto y se preguntaban: ¿cómo han llevado discretamente su relación y ahora lo gritan a los cuatro vientos? No puede ser que en su gabinete haya lesbianas.

La homosexualidad tanto en el hombre como en la mujer no es una enfermedad ni se "contagia". Se ven en algunos grupos de personas, como si de "un mal" se tratara.

Es verdad que va en contra de la iglesia para algunos, pero como dijo el Papa Francisco I: ¿quién soy yo para condenar y juzgar a alguien homosexual? Él o ella son hijos de Dios.

No los puedo condenar.

Los más conservadores ni hablar de los homosexuales tanto en el hombre como en la mujer, pues es un pecado mortal y ser hijo de aquel que es condenable. Como si de un monstruo se tratara.

Como nadie está exento de nada, jamás se puede escupir para arriba, porque la escupida te puede volver a la cara, puede que en algún momento de tu vida tu hijo o hija, nieto o nieta sean homosexuales y no por eso te vas a pegar un tiro.

Si bien puede ir en contra de nuestras convicciones, es necesario aceptarlas porque ante todo son personas e hijos de Dios. Tú no eres quién para juzgar o criticar sea un hombre gay o una mujer lesbiana.