Aquellos actores de antaño que nos hacían llorar y reír a la vez. Eran unos genios en todos los planos. Luis Sandrini, Tita Merello, Tato Bores, Minguito(Juan Carlos Altavista), Fidel Pintos, Porcel, Olmedo, Vicente Rubino, Osvaldo Pacheco, el Pato Carré, Tino Pascali, Guido Gorgati, Marcos Zucker, Biondi, Iris Lainez, etc. son tantos que la lista sería interminable.

Pudimos disfrutar de comedias sanas, de esas cintas que pasaban por la Televisión o por el cine. Algunos títulos: El profesor tirabombas con Sandrini, Minguito Tingitella papá con Juan Carlos Altavista, En el bar con Fidel Pintos y Minguito, la tuerca Iris Lainez, Tino Pascali, Vicente Rubino, Marcos Zuker, Globulito, los Campanelli con Nia Quesada, Adolfo Stivel, Camarero Nocturno con Rolo Puente, Tincho Zabala, La sonrisa de mamá con Palito Ortega y Libertad Lamarque El circo con Gaby, Fofó y Miliki y también sería interminable la lista.

Hoy lamentablemente han cambiado todas aquellas cintas que disfrutábamos desde el más chico al más grande. Los tiempos han cambiado, cuando quizás encontramos alguna buena película para disfrutar en familia, es una aguja en un pajal.

Siempre se recuerda el matinee, cuando los padres llevaban a los hijos a ver las películas, los dejaban allí, les daban un poco de dinero para que compre algo dulce para ver la película y luego los volvían a recoger, eso era por si el dinero no alcanzaba para toda la familia, se les daba prioridad a los Niños. Ya el adulto iba a tener tiempo de poder ir al cine a disfrutar de una película. Siempre las colas para los cines eran kilometras pero como se disfrutaba.

Siempre eran dos películas o una pero siempre hacían un alto en la mitad de la película para que la gente descansara la vista. Siempre había un acomodador que te llevaba a los asientos enumerados.

Y claro, después de mirar una película, casi siempre a cenar pizza sea en casa o en algún restaurante. Se salía de la calle Lavalle donde están todos los cines uno al lado del otro y de la mano de los padres iban a cenar. Se comentaba la película que se había visto, las anécdotas y se pasaba un sábado o un domingo especial entre la familia. Qué lindas épocas aquellas, que no volverán…