Porque marzo es un mes que nos anima a afrontar los retos del nuevo año, date la oportunidad de encarar nuevos proyectos, de estudiar algo que te quedó pendiente, de aprender o emprender algo diferente que te saque de la rutina y renueve tus esperanzas, tus emociones y te dé todo el empuje para poder llevarlo a cabo y ver tu sueño hecho realidad. Ponernos objetivos que puedan efectivamente realizarse y tomar los desafíos que se presentan con convicción es la clave para encarar con éxito cada año que comienza. Muchas veces empezar da miedo e ilusión a la vez, aunque signifique abrir puertas a un nuevo mundo que a veces lo vemos muy lejano.

Emprender es dar un paso y mañana otro, y el siguiente; peldaño por peldaño hasta que te olvides que estás subiendo una escalera.

Así como fin de año y las fiestas incitan a hacer una evaluación sobre el ciclo finalizado, marzo es el mes en donde muchas personas ponen el acento. Realizan un análisis de la situación profesional actual, hacen buenos balances para hacer buenas proyecciones y se proponen iniciar cambios o darle inicio a nuevos propósitos con objetivos a corto, mediano o largo plazo. Lo esencial es plantearse metas realizables con certeza y optimismo; congeniar lo que se cree, se siente y poder comunicarlo, y así poder movilizarse para dar el primer paso. Es sumamente importante confiar en lo que se quiere y trabajar en la elaboración de ideas que no sean muy estructuradas ni extremadamente inalcanzables, sino que sean factibles, con diferentes etapas y metas por concretar.

Comenzar el año es sentirse bien con lo que está por venir; tener expectativas, saber elegir y no exigirnos más de la cuenta no es tarea fácil. A la hora de enfrentarte a un nuevo proyecto es imprescindible contar con un fin, tener un mapa, planificar. Dedicarte el tiempo necesario para armar tu proyecto te va ahorrar muchos dolores de cabeza.

Dividirlo en pasos ayuda de gran manera, desglosarlo en hitos, fases y tareas por ejemplo. Siempre hay que tener en cuenta los imprevistos que sucede y muchas veces retrasan los planes. La ejecución es el paso siguiente; ya con el mapa del camino en la mano, sólo queda recorrerlo y ponernos en marcha.

¡Sé proactivo por encima de todo!

La proactividad es sinónimo de acción, de ejecución, de tomar la iniciativa, de moverse y mover al de al lado si es necesario. Es sinónimo de actitud positiva y constructiva, de enfoque didáctico, elegir ir en lugar de esperar a que vengan, es el opuesto a la pasividad. La proactividad no es ni siquiera parte de la solución, es la solución.

¡Lo que decidas hacer, asegúrate que te haga feliz!