Generalmente creemos que estrés es sinónimo de algo negativo. ¿Pero, qué pasaría si te dijeran que a partir de esa situación se puede generar un nuevo horizonte, incluso aún mejor que el anterior? Adelantándose a su presentación en Buenos Aires el 18 de abril, en el Paseo la Plaza, Julio Bevione te invita a cambiar la perspectiva sobre el estrés.

Dicen que el cuerpo habla lo que el alma calla, en este sentido, ¿qué nos viene a mostrar el estrés?

- Nos muestra una distancia entre lo que somos y lo que creemos ser. Cuando nos preocupamos por impostar cierta imagen, mostrar lo que queremos que vean de nosotros, solemos entrar en contradicción con nosotros mismos y sufrimos por ello. Eso que siente el cuerpo es la consecuencia de esa disociación. Este es el estrés más conocido; el que sufrimos la mayoría de los seres humanos.

¿Cualquier persona tiene la tendencia a pasar por este proceso?

- La tendencia esta implícita en todos, pero mientras más conciencia tengamos de nosotros de quienes somos y de nuestras prioridades, esa tendencia disminuye. El trabajo interior es el antídoto.

Existen dos tipos de estrés, uno positivo y otro negativo, ¿cuál es la diferencia?

- Hoy se sabe que las tensiones físicas tienen un efecto negativo leve, cuando va acompañado de pensamientos positivos. Es decir, lo que pensamos también impacta en el cuerpo. Lo mejor que podemos hacer cuando estamos estresados, en lugar de sufrir con lo que me está sucediendo, es preguntarme: ¿Qué puedo aprender de esto? Veremos que las consecuencias en el cuerpo serán muy diferentes.

¿Es bueno tener un poco de estrés?

- Hay un nivel de estrés saludable, el del que crea, el del curioso, el del que investiga. Es un punto en el que el cuerpo se contrae para luego expandirse. Es necesario de alguna manera para impulsar la vida; la diferencia sigue siendo lo que siento. Hay un estrés que se sufre y me paraliza, el de la disociación entre lo que somos y lo que queremos o creemos ser, y el estrés positivo, que sucede cuando nos animamos a dar pasos adelante.

¿Qué se puede hacer para superar un proceso de estrés?

- Un profundo trabajo interior. Hay muchas metodologías que hoy en día lo facilitan, pero al menos podemos empezar buscando nuestro centro cuando lo perdamos, siendo honestos e íntegros con nosotros mismos. A nivel mental, usando la meditación y a nivel físico la respiración. Otra buena opción son las caminatas, el yoga o algún ejercicio que nos permita encontrar equilibrio.

¿Algún consejo o algo importante para agregar?

- Cuidemos el capital más precioso que es nuestra paz interior. Si no negociamos la paz, por nada, por nadie, o al menos la ponemos como prioridad, el resto va ocurriendo con cierta fluidez.

La propuesta es desafiante pero no imposible, ¿te animas?