Actualmente Corea del Sur ha crecido tanto económicamente, dejando frente a nuestros ojos las grandes empresas en tecnología como Samsung y LG; también destacándose en otros campos como el automovilístico con las empresas Hyundai y Kia, como culturalmente. En las últimas décadas, además de mostrar un gran desempeño como país, su cultura tradicional ha sido un gran atractivo turístico para el resto del mundo. La industria del entretenimiento, la gastronomía, la historia, el sistema de escritura Hangul, más las diversas tradiciones culturales que se practican allí, atraen particularmente a la población joven de países como en el caso de Latinoamérica están Mexico, Perú, Bolivia, Argentina, Uruguay, Brasil, Chile, e incluso a países de otras partes del mundo.

Corea, más allá de que se contemple con gran admiración por los jóvenes quienes con ansias ahorran o participan en concursos de K-pop como por ejemplo "K-pop Latinoamérica", que convoca todos los años a que concursen adolescentes para tener la oportunidad de conocer a sus ídolos, también es objeto de críticas. Esto se debe por diversos factores, por ejemplo, algo muy notable es que se critique el consumo de carne de perro, lo cual para ellos es el equivalente a la carne vacuna u otra que se consuma naturalmente en Latinoamérica.

La pregunta mayormente formulada es por qué hacen esto: es simple, la cultura coreana por razones históricas ha aprendido a subsistir con todos los recursos que le brinda su entorno.

Volviendo en el tiempo, tras la Segunda Guerra Mundial, Corea del Sur se encontraba sumida bajo una gran pobreza, al igual que su vecina Corea del Norte. La economía era insuficiente, la agricultura y la minería no estaban del todo desarrolladas, lo cual provocó pobreza, hambre, más la gran tasa de desempleo, la gente tuvo que recurrir a prácticas extremistas para subsistir los crudos inviernos.

Un dato curioso para mencionar sobre la gastronomía coreana, es que el plato más conocido es el Kinchi, que históricamente, remontándonos a la antigüedad, era preparado y guardado bajo tierra, para luego ser consumido meses más tarde, ya fermentado. A pesar de que las demás culturas que no acostumbran a practicar estas formas tan peculiares de conservar la comida, el Kinchi ha sido halagado en el mundo de la gastronomía por ser un alimento sano.

Ya para fines de los '50, Corea empezó a poner en marcha políticas con el objetivo de comenzar con un crecimiento, un estímulo, para el levantamiento de la industria y desde la década del 60, Corea se enfocó en generar crecimiento en otros campos, para no continuar enfocándose solo en la minería y en la agricultura.

Actualmente y por distintos testimonios de ciudadanos coreanos, nos hemos informado que la carne de perro ya no es tan frecuentemente consumida en su país, a excepción de eventos importantes. Los platos coreanos que conquistan los apetitos de los comensales actualmente son:

El Kimchi, elaborado a base de col china y pimentón picante más otros elementos atribuidos en la preparación; el Yukgaejang, una sopa exquisita para todo aquel que ama el picante, que lleva ternera, con cebolla, brotes de judía, y se caracteriza por su peculiar color rojo debido al pimentón y otras especies utilizadas; y el elemento principal en una mesa coreana, que jamás falta, es el arroz, el principal acompañante que va de la mano del Kimchi, el cual es el equivalente al pan que se come en las comidas diarias en algunos países. Hay infinita cantidad de platos en Corea, y cada uno tiene una historia diferente para contar, solo es cuestión de detenerse a ver por qué y cuáles fueron las circunstancias en que se originaron.