El pasado mes de noviembre, la sección Argentina de la Interpol emitió un comunicado urgente a Madrid, con el fin de llevar a cabo las veinte detenciones que ordenó la magistrada argentina, María Servini de Cubría, relacionadas con los crímenes de la dictadura franquista en España. Solicitó, asimismo, urgentemente, los datos identificativos de los individuos con el fin de emitir una orden de "captura internacional". El auto que emitió la magistrada, recogía los nombres de muchos de los ministros, policías y representantes del poder judicial que cometieron presuntos crímenes y torturas durante el franquismo.

Pues bien, tal es el panorama en España ante las atrocidades del franquismo: un auditorio desierto en el acto que se ha celebrado hoy en las instalaciones del Congreso, en el que diversas asociaciones de Víctimas del Franquismo han pedido al gobierno su colaboración con la Justicia Argentina en su investigación.

Ninguno de los grandes partidos políticos españoles ha acudido a la reunión. Esto supone que más del noventa por ciento de los parlamentarios han ignorado de nuevo a las víctimas de la dictadura franquista. Tan sólo la izquierda, como cabía esperar ha respaldado la petición de estos grupos. A la reunión han acudido abogados participantes en el caso judicial iniciado por Argentina entre otros grupos que denuncian numerosos abusos de toda clase durante la posguerra y la dictadura.

Lo que hoy han conseguido los principales partidos políticos del país, con su ausencia, ha sido dar una bofetada más a la justicia histórica.

En el mes de noviembre, las numerosas formaciones políticas que conforman el Grupo Mixto, expusieron una Propuesta No de Ley, por la cual se le insistía al actual gobierno español a que colaborara con la justicia argentina, alegando que está "incumpliendo sistemáticamente órdenes de carácter internacional al mantener su negativa de colaboración con la Interpol y dejando, por tanto, que los crímenes del franquismo queden impunes".

Ni que decir tiene que en España no se ha hecho justicia, y según se presenta el panorama, no se hará en un tiempo cercano. No existe voluntad política para que este asunto pueda abrirse, examinarse, y sanearse, tal y como debe hacerse con los períodos traumáticos de la historia, para que jamás puedan repetirse.

Las asociaciones de víctimas, son los supervivientes y los descendientes de aquellos que perdieron la guerra, y llevan muchos años reclamando algo tan simple como recuperar los cuerpos de sus abuelos, padres, tíos, hermanos, para poder enterrarlos con la dignidad que merecen.

Dada la inactividad o las negativas de los distintos gobiernos acerca de lo que se ha llamado la "memoria histórica", muchas de aquellas personas que fueron asesinadas durante el régimen, siguen aún enterradas, sin identificación alguna, en fosas comunes o en las cunetas de las carreteras españolas. Hay cosas que no se pueden olvidar, por más que desde el gobierno se haga como si "nunca hubieran pasado". Parece que quieran hacernos creer que la historia de España empezó en lo que llamaron la "Transición", y todo lo demás, por el hecho de haber querido olvidar, nunca hubiera existido.