José 'Pepe' Mujica dejó este domingo de ser el presidente de Uruguay. Su lugar lo ocupará por segunda vez Tabaré Vásquez, del partido oficialista Frente Amplio, quien ya ejerció el cargo entre 2005 y 2010, y que en esta oportunidad lo hará hasta fines de 2020.

Pero a miles de kilómetros de distancia, cruzando el Atlántico, hay otro mandatario que parece haber seguido los pasos de Mujica, por lo menos en cuanto a austeridad y discreción se refiere. Se trata de Sergio Mattarella, presidente italiano que ha llamado la atención por compartir algunas curiosas características con su par uruguayo. 
Si a 'Pepe' se le ha visto manejando su escarabajo de 1987 por las calles de Montevideo -ese por el cual un jeque árabe ofreció comprarle por un millón de dólares y que Mujica desistió-, Matarrella hace lo propio arriba de un discreto Fiat Panda color gris. Es más, sólo horas antes de que asumiera como primer mandatario, se le vio conduciendo su auto por las calles de Roma, cual ciudadano regular. Y no sólo eso. Mattarella ha causado asombro y curiosidad en la población, pero a la vez preocupación dentro de su equipo de seguridad. Lejos de los protocolos propios de un jefe de Estado, el ex jurista de 73 años utiliza el transporte público como cualquier vecino, vuela en clase turista y se inmiscuye en el tranvía de la ciudad como un pasajero más. Hace dos semanas sorprendió a todos cuando se presentó en el aeropuerto romano de Fiumicino, con maleta en mano para embarcar en un vuelo regular de Alitalia, rumbo a su natal Palermo. Una serie de fotografías lo mostraba recorriendo la pasarela de acceso a la aeronave junto con el resto de los pasajeros, deteniéndose a saludar a los pilotos y sentándose en compañía de otros desconocidos viajeros.

En momentos en que Uruguay despide a Mujica -aunque parcialmente, porque a partir de ahora se integrará al Senado- y su legado ya se empieza a escribir para quedar en la posteridad, Italia se olvida de Berlusconi y su cúpula, y comienza a disfrutar de su propio 'Pepe' Mujica.