Durante la VII Cumbre de las Américas, que se llevó a cabo en la ciudad de Panamá, el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Barack Obama, y su par de Cuba, Raúl Castro, mantuvieron un histórico encuentro tras más de 50 años de relaciones bilaterales rotas, y acordaron dejar atrás décadas de hostilidad entre ambos países.

Luego de la reunión, que tuvo una duración de una hora y veinte minutos aproximadamente, los mandatarios hicieron declaraciones ante unos pocos periodistas.

"Cuba no es una amenaza para Estados Unidos", aseguró Obama, y agregó que con el tiempo los dos países podrán entablar una buena relación.

Castro -que calificó a su par norteamericano como una persona humilde y honesta- aseveró que Cuba está abierta al diálogo con Estados Unidos. "Estamos dispuestos a hablar de todo, incluso, del asunto de los derechos humanos y de la libertad de expresión", prometió el hermano de Fidel Castro.

Por su parte, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, criticó al presidente estadounidense y se mostró indignada con Obama por haber firmado el decreto que declaró a Venezuela una amenaza para la seguridad del país del norte. Sin embargo, nada de lo dicho por Cristina fue oído de forma directa por Obama, que había abandonado el lugar antes que la mandataria argentina comenzara su discurso.

Otros que también mostraron una postura crítica y dura hacia el gobierno de los Estados Unidos fueron los presidentes de Ecuador, Rafael Correa; de Bolivia, Evo Morales, y de Venezuela, Nicolás Maduro, quien dijo que respeta a Obama pero que no le tiene confianza.

La cumbre de la cual participan los gobernantes de los países de América (aunque en esta edición fue la primera vez que intervino un mandatario cubano) ya se realizó en Miami (Estados Unidos, 1994), Santiago (Chile, 1998), Quebec (Canadá, 2001), Mar del Plata (Argentina, 2005), Puerto España (Trinidad y Tobago, 2009), y Cartagena de Indias (Colombia, 2012). La próxima se llevará a cabo en Lima (Perú), en el año 2018.