En el mediodía de hoy, Nepal y el Valle de Katmandú, regiones con mucha densidad de población, sufrió la violencia de un fuerte sismo, cuya magnitud se estima en 7.9 de la escala Richter. Más tarde hubo una réplica que alcanzó los 6.6 grados.

Los muertos superan la cifra de 1450 y los heridos al momento se contabilizaron en más de mil.

La zona más afectada comprende a Nepal, India, Tibet y Bangladesh, y además, de las pérdidas de vidas humanas, miles de casas, edificios, templos y monumentos históricos fueron derribados. La torre Dharahara, que era una de las atracciones turísticas, ha quedado completamente destruida y sólo pueden verse escombros.

Otra de las trágicas consecuencias de este terrible terremoto, fue la generación espontánea de avalanchas en la zona del Himalaya. Una de ellas, en el Monte Everest, sesgó la vida de diez alpinistas. La avalancha arrasó con el campamento conocido como de base, y hasta ahora se desconoce la cantidad de heridos o desaparecidos.

El sismo se sintió en lugares más lejanos, como la India, donde hasta el momento hay 34 fallecidos; en Pakistán y Lhasa -Tibet-, donde las víctimas serían 12 hasta el momento.

El fenónemo duró muy poco tiempo, entre treinta segundos y dos minutos. Según el testimonio de tres argentinos que se encuentran en el lugar como turistas, "se abrazaron pues creían que se les venía el mundo abajo" y que "los edificios temblaban".

La dificultad en este tipo de catástrofes es cuánto se hallan los Estados preparados para afrontarlos y la pronta respuesta, después de acaecidos, para volcarse a la búsqueda inmediata de Sobrevivientes.

Miles de personas se encuentran en las calles siendo atendidas allí mismo, ya que los centros sanitarios están colapsados y las calles y carreteras totalmente destruidas.

Los pobladores permanecen a la intemperie, en lo que fuera sus casas, a la espera de la contención de las autoridades.

Han reabierto el aeropuerto y ya llegaron los primeros envíos de ayuda, provenientes de India y Pakistán.

Desde hace más de 80 años que no se sentía en la zona un terremoto de semejante magnitud. Las réplicas, algunas de importancia, se siguen sintiendo. Hasta que no transcurran unos días no se podrá tener una idea certera de la cuantía de los daños ni de las vidas perdidas.