Cada cinco segundos, una persona en el mundo es sometida a algún tipo de esclavitud.

Así lo aseguró el analista en tráfico de personas Matt Friedman, verdadera autoridad internacional, quien lleva veinticinco años trabajando en el tema.

En una conferencia brindada en Hong Kong, el especialista sostuvo que, según datos de The Mekong Club, organización de la que es director ejecutivo, una cifra que supera los 35,8 millones de personas se encuentran sometidas a trabajos forzados en el mundo. "La aparición de nuevas formas de esclavitud moderna está afectando cada vez a más personas, ya que la sociedad carece de medios para combatirla" aseguró.

El negocio produce beneficios por más de ciento cincuenta mil millones de dólares anuales.

En su conferencia afirmó que, si bien la trata de mujeres para la prostitución y el tráfico de niños son las más visibles, existen otras formas de explotación humana.

En la disertación hizo referencia a los servicios comerciales navales, que ofrecen contratos trimestrales bien remunerados -por lo general a trabajadores camboyanos- pero que en realidad obligan a una prestación de servicios por cuatro años, para luego abandonarlos en cualquier país extranjero, evitando que puedan ser demandados, ya que automáticamente revisten calidad de ilegales o indocumentados.

De las tres cuartas partes de los esclavos modernos que realizan trabajos forzados, casi dos tercios están ocupados por distintas cadenas de producción, cuyos productos llegan habitualmente a nuestras manos.

El experto internacional también se explayó en el aporte de datos, en donde India, China y Pakistán ocupan los primeros puestos. De los diez países con mayor uso del Trabajo esclavo en el mundo, más de la mitad se encuentra en Asia.

De cien esclavos, 74 son adultos y el 24% de ellos obligado a la industria del sexo. De los 36 millones de seres sometidos a la explotación, casi 10 millones son niños.

La trata de personas es la moderna forma de esclavitud -sostuvo- al obligarse a la víctima a actuar en contra de su voluntad y deseo. En el último lustro, lejos de disminuir, aumentaron estas formas de sometimiento.

Lamentablemente, la instalación de esta temática en la sociedad civil y la asunción de responsabilidades al respecto, es algo que aún está muy lejos de producirse.

Friedman se desempeñó como asesor de distintos gobierno asiáticos y trabajó en el marco de la Organización de las Naciones Unidas para la lucha contra la trata de personas, que es la denominación actual de la esclavitud, institución que sostuviera la economía occidental en la antigüedad.