La lucha contra Boko Haram por parte del ejército nigeriano es tan cruel con los ciudadanos de la nación africana como los mismos ataques del grupo yihadista. Según un informe publicado recientemente por la ONG Amnistía Internacional (AI), las tropas nacionales asesinaron a más de 8.000 personas en su lucha contra el grupo extremista desde 2011.

El informe con más de 133 páginas, titulado "Estrellas en los hombros, sangre en las manos. Crímenes de guerra cometidos por el Ejército nigeriano", detallada que fueron más de 7.000 las personas muertas bajo la detención del ejército, muchos de ellos por hambre, enfermedades contraídas por las pésimas condiciones en las que se encontraban detenidos, o por tortura y malos tratos.

Además, AI cuenta en más de 1.200 las personas asesinadas en ejecuciones extrajudiciales, siendo cerca de 640 las que asesinaron en un mismo día: el 14 de marzo de 2014. Ese día, el grupo terrorista Boko Haram atacó el cuartel militar de Giwa, en el Estado de Kaduna, liberando a todos los detenidos. Como represalia a la huida, el ejército ejecutó ilegalmente a los que pudo recapturar.

Cabe destacar que las detenciones se llevan a cabo de manera indiscriminada y una vez encarcelados, las víctimas no son sometidas a juicio ni tampoco se comprueba su pertenencia a Boko Haram.

En su informe, Amnistía Internacional menciona con nombre y apellido a algunos de los altos mandos del ejército, responsables de los asesinatos, y pide que se los investigue.

Se trata de los generales de división John A.H. Ewansiha, Obida T Ethnan, Ahmadu Mohamed, Austin O. Edokpayi y Rufus O. Bamigboye; el teniente general Azubuike Ihejirika; el almirante Ola Sa'ad Ibrahim; el capitán general de aviación Alex Badeh, y el teniente general Ken Minimah.

La situación con Boko Haram también trae problemas en Níger.

El país, que limita con el norte de Nigeria, ha detenido desde febrero de este año a 840 personas con vínculos con el grupo yihadista. Sin embargo algunos movimientos y agrupaciones sociales también comenzaron a denunciar que los arrestos se producen contra ciudadanos que nada tienen que ver con las células de Boko Haram.