El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, autorizó el envío de 450 militares estadounidenses a tierras iraquíes para ayudar a las tropas pro-gobierno a frenar el avance de Estádo Islámico. Los instructores se unirán a las fuerzas de Irak en la provincia de Anbar, cuya ciudad capital, Ramadi, cayó en poder de grupo yihadista semanas atrás.

La Casa Blanca anunció que esta determinación es parte de la estrategia estadounidense para acabar con la amenaza de Estado islámico, mientras el grupo extremista continúa avanzando en Irak y en Siria.

Los 450 militares llegan para sumarse a los 3.100 hombres que ya se encuentran desplegados en territorio iraquí, distribuidos en distintas bases militares. Además, la Casa Blanca garantizó el envío de equipamiento y material de entrenamiento que ayude a mejorar y reforzar a las tropas del gobierno iraquí y a los ejércitos tribales conducidos por los suníes.

Según el comunicado del gobierno de Estados Unidos, estas tropas no entrarán en combate terrestre, política que Obama mantiene desde que llegó a la Casa Blanca, y se dedicarán solamente al entrenamiento y asesoramiento de las fuerzas locales.

"Miles de luchadores extranjeros se han unido a Estado Islámico en Siria e Irak. Seguimos preocupados de que esos combatientes entrenados regresen a sus países y lleven a cabo ataques y traten de inspirar nuevos partidarios para atacar a sus países de origen", agrega el comunicado emitido por la Casa Blanca.

Obama, quien ha recibido críticas de la oposición por no mostrar un apoyo más firme en la lucha contra Estado Islámico, tomó la decisión de envíar más hombres tras la solicitud del primer ministro iraquí Al-Abadi en la cumbre de París, y apoyó su determinación en la recomendación del secretario de Defensa, Ashton Carter, y el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Martin Dempsey.

De todas formas, se estima que este refuerzo no será suficiente, ya que, "todavía no hay una estrategia completa contra Estado Islámico, porque eso requiere compromiso por parte de los iraquíes", según señaló el propio Obama.