La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presentó ante la Corte del mismo organismo, el caso de una mujer que denunció una esterilización forzada ocurrida en un hospital público de Bolivia.

La mujer denunció que el 1 de julio de 2000, luego de que se le realizara una cesárea ,el cirujano le hizo una ligadura de trompas. Esto sucedió sin el consentimiento de la paciente. La CIDH consideró que este hecho constituye una violación a la integridad física y psicológica de la víctima. Además, aseguran que la intromisión en la vida privada de la mujer es un atropello a la capacidad de decisión sobre su reproductividad.

El caso es considerado de incumbencia internacional ,ya que se considera que el Estado de Bolivia es directamente responsable por las lesiones ocasionadas la mujer.

Se pidió al gobierno del país que indemnice a la victima por los daños físicos y psíquicos que le ocasionó la cirugía. También se requirió que se investigue lo sucedido y se establezca quienes son todos los responsables del delito cometido.

La Comisión Interamericana de Derecho Humanos exige a Bolivia que desarrolle políticas públicas y regulaciones tendientes a evitar que vuelva a ocurrir un caso similar al denunciado. El establecimiento de las responsabilidades permitirá a la Corte IDH sentar jurisprudencia sobre la responsabilidad de los Estados sobre la Salud de los ciudadanos y acerca de la autonomía sexual y reproductiva garantizada internacionalmente.

Los representantes del Estado boliviano aseguraron que la paciente consintió verbalmente la ligadura de trompas, pero esto no es considerado suficiente.

Una cirugía de esa naturaleza requiere la presentación de una autorización escrita. A causa de esta intervención, la mujer perdió su capacidad reproductiva de modo permanente. La victima afirma que en ningún momento de la cesárea habló sobre realizar la esterilización.

Los representantes legales de la victima dicen que la ejecución de la cirugía es fruto de una actitud discriminatoria a la mujer por motivos de género. Además aseguran los hospitales de ese país tienen una actitud similar con las pacientes en temas de anticoncepción.