Hiroshima marcó mucho más que el fin del conflicto bélico más sangriento de la historia. Hace 70 años, la primer bomba atómica lanzada por Estados Unidos destruía todo lo que estaba a su alcance durante la explosión. Posteriormente, dejaría secuelas a toda la población debido a suirradiación.Durante la conmemoración del hecho, una multitud de 5.000 personas guardó silencio en el Parque Monumento de la Paz de esa ciudad.

Según cuenta el periodista Andrés Repetto en su portal de tv la bomba poseíauna "fuerza destructora equivalente a 16 kilotoneladas de TNT" y alcanzó una temperatura cercana a los cuatro mil grados.

La detonación de la bomba produjo la muerte de unos ciento cuarenta mil japoneses, en su mayoría civiles. Los heridos ascendieron a una suma de 350.000, presentando en su mayoría distintos tipos de mutilaciones.

Hoy en día, el mundo se pregunta sobre la necesidad de haber detonado la bomba. Lo cierto es que, aún setenta años después, la cicatriz no se ha borrado ni mucho menos."Los japoneses estaban listos para rendirse y no hacía falta golpearlos con esa cosa horrible", diría por ejemplo, años después, Dwigth Eisenhower, en aquel entonces máximo comandante de las fuerzas aliadas en Europa y eventual sucesor de Truman en la Casa Blanca.

Por su parte, el entonces presidente de los Estados Unidos Harry S.

Truman aseguró que la bomba fue utilizada para "acortar la agonía de la guerra" y "salvar la vida de miles de jóvenes estadounidenses". Los japoneses, en cambio, aseveran que el país ya tenía planes de abandonar el conflicto y pensaba enla intermediación de la Unión Soviética, con la que había suscrito un tratado de neutralidad años antes.

Hiroshima cuenta con una población de más de un millón de habitantes. Ninguno de ellos debe está exento de esta historia. Toda la ciudad es el resultado de haber padecido la cicatriz de aquelatentado. Por poner un ejemplo, la adelfa es la flor oficial de la ciudad, ya que fue la primera en florecer luego de la explosión. Al día de hoy cargan el rencor de aquel acontecimiento que los marcará por siempre.