Esplendorosas reliquias que datan de millones de años, algunas consideradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco se han visto completamente saqueadas y estropeadas por la guerra en Siria y han perjudicado siglos de historia. La República Árabe de Siria se sitúa en la orilla oriental del mar mediterráneo y limita con Irák, Líbano, Israel, Jordania y Turquía. Gracias a su historia, miles de pueblos nómades se asentaron en éstas tierras y dejaron su legado como los fenicios, arameos, asirios, griegos, romanos etc., es por esto que es de valor para los arqueólogos investigar y conservar los tesoros y monumentos de este país.

Sin embargo, tras el conflicto bélico en 2011, las riquezas de la nación árabe se han visto enormemente afectadas por los bombardeos y continuos ataques.

Desarrollo de las civilizaciones estropeado

Antes de que comenzara la guerra, la emblemática ciudad de Palmira ubicada a unos 220 kilómetros de la capital Damasco, era uno de los principales centros culturales del país, ya que por su historia y misticismo se convirtió en un atractivo turístico inigualable. Pero todo cambió después, un ejemplo de esto es el templo Baal Shamin, construido en el año 17 D.C. dedicado al dios Fenicio Baal y que fue brutalmente volado con explosivos, según lo confirmó el director del Departamento de Antigüedades y Museos Sirio, Maamoun Abdul-Karim por parte del Estado islámico.

También se puede mencionar, la mezquita de Aleppo que tiene una antigüedad de más de dos mil años y fue prácticamente destruida por explosivos en 2013, convirtiéndose en uno de los peores daños al pueblo sirio. Entre los monumentos eliminados se encuentran la mezquita Khusriwiye y La cúpula del hamam Yalbougha an Nasry que data del siglo XV.

En Bosra que pertenece a la región de Daraa aparecieron cráteres en la mezquita Al Omari producidos por bombas y además el castillo La Fortaleza de los Caballeros, Crac de Chevaliers ha sido constantemente atacado por ocuparse como escondite de grupos rebeldes.