Zimbabwe está ubicado en el continente africano,el cual limita geográficamente con Botsuana (al oeste), con Zambia (al norte), con Mozambique (al este) y con Sudáfrica (al sur). El idioma de allí es el shona, una de las tantas lenguas habladas en África (a ese conjunto de dialectos se los denomina bantúes), este idioma es el originario de Zimbabue y al cual le debe su nombre, Dzimba dza mabwe, que etimológicamente se refiere a “casa de piedra”. Este país es una república presidencialista, y está dividida en ocho provincias.

Con hermosos paisajes y conocido por encontrarse próximo a las Cataratas Victoria -destino muy popular para los turistas-, es el país más pobre del mundo.

Posee una poderosa hiperinflación. Su notoria pobreza y falta de recursos la adjudican al gobierno de Mugabe y a la expropiación de tierras por parte de los bóers (en lengua afrikáner, granjero afrikáner).

Ahondaremos ahora en quiénes son los bóers, son aquellas personas consideradas por la mayoría de los pueblos africanos como afrikáners, es decir “los blancos”. Este grupo de hombres sin color son aquellos que dejaron sus países europeos, como Holanda, principalmente; o como Portugal, Inglaterra, entre otros. Este idioma surgió debido que cuando los inmigrantes llegaron a este continente encontraron maravillas que nunca antes habían conocido, que por ende no poseían nombre. Fue así como comenzaron a designarles nombres a esos objetos, de esa manera surgió un idioma similar al inglés pero que los ingleses no comprenden, el afrikáner.

Retomando el asunto sobre la pobreza, no siempre fue ese el destino de este país. Antes de la llegada de los extranjeros, existía un lugar lleno de riquezas, además de un centro del comercio. Tal es así que se la denomino "la ciudad de las calles de oro". ¿Cómo es posible que un lugar tan lleno de poder haya terminado siendo el país más pobre?

Las respuestas pueden ser de variadas envergaduras, pero la realidad es una sola: en ese país, que un día fue un paraíso y no solo por sus maravillas naturales, hoy la muerte y la pobreza se convirtieron en sus adjetivos calificativos más renombrados.