La campaña presidencial de Donald Trump del 2015 se caracterizó por la cantidad de promesas grandilocuentes que hizo. Pero que estaban más bien enfocada en la actitud que en la política, la frase “vamos a empezar a ganar nuevamente” fueron en esa dirección. Muy parecido a la campaña electoral de Mauricio Macri, donde el factor actitud estuvo más presente que las promesas de índole político.

Una de sus pocas propuestas de índole política fue que declararía a China como un oportunista de la moneda, ni bien asumiera. Por eso sorprendió cuando declaró que China ya no es un oportunista del dinero y que tratar de esa forma a los chinos sería perjudicial para las reuniones bilaterales que estaban por tener.

Pero Trump es notable por los cambios que muestra repetidamente. Ayer dice una cosa, hoy otra y mañana talvez cambie sobre lo que pensaba ayer y hoy. Y todo repercute directamente sobre las decisiones políticas que toma. En plena campaña dijo que China era el tema a resolver, por eso atacó con dureza en su momento al Banco de Exportación e Importación y ahora demuestra simpatía por este país. También el ataque con misiles a Siria y la movilización de la flota en inmediaciones de Corea del Norte, demuestran​ un cambio en su discurso electoral ya que su promesa era de aislamiento.

Pero no sólo es el caso de Trump en donde cumplir promesas electorales es más difícil que pronunciarlas, pero para ser una persona sin experiencia en la política ha sido temerario en sus declaraciones.

De Corea del Norte ha dicho que cambió de opinión después de reunirse con el presidente​ chino Xi Jinping, “después de hablar 10 minutos, se dió cuenta de lo fuerte que es Corea del Norte.

Por supuesto hay cosas en la que el presidente se ha mantenido firme. Sigue con su idea de detener la inmigración ilegal, deportar indocumentados, y en lo posible impedir la entrada al país de personas de países “potencialmente” terroristas.

La construcción del muro en la frontera con México no la olvidado. A pesar de sus derrotas legislativas, piensa en derogar el Obama Care, y se habla de fuertes recortes presupuestarios en todo el Gobierno.

También se ve que en el orden económico se ha decidido a mantener las formas como es la costumbre. Trump nombró a Kevin Hassett, que estará a cargo del Consejo de Asesores Económicos, uno de los los últimos puestos de alto rango en su administración que faltaba nominar.

Es notable este nombramiento debido a que Trump pensaba dejarlo pendiente, se rumoreaba que un experto en televisión, Larry Kudlow, pero se decidió por un candidato convencional. Hassett es un economista conservador muy respetado, conocido en la capital y desconocido fuera de ella, experto en impuestos y consejero de los últimos 3 candidatos republicanos.

A Hassett se lo conoce por ser un conservador en materia de inmigración y comercio, donde estará en constante enfrentamiento con un ferviente luchador contra el libre comercio y de China en particular, Peter Navarro, el más destacado economista del gobierno de Trump, que seguirá en el gobierno.