El tradicional discurso de Año Nuevo en Corea del norte fue dirigido por su líder supremo Kim Yong-un, y fue difundido por la televisión local del país. El líder norcoreano aprovechó la ocasión para confirmar el interés de su administración por incrementar la producción en masa de armamento nuclear, a la vez que elevó su amenaza contra Estados Unidos, si éste continúa con su propósito de ingresar a una futura guerra,

Ni las celebraciones por el Año Nuevo fueron el momento propicio para aplacar tensión verbal que subsiste entre Corea del Norte y los Estados Unidos.

Durante las últimas horas, Kim Yong-un difundió un comunicado a toda la ciudadanía, en conmemoración por las fiestas de fin de año; aprovechó su mensaje para emitir una advertencia a la administración de Donald Trump, confirmando que tenía un “botón nuclear en su escritorio” y al alcance de su mano y que además, no dudaría en presionarlo si Norteamérica le declara la guerra. “Esto es una realidad, no una amenaza” afirmó el líder norcoreano, frente a las cámaras de televisión.

En el mismo orden, aseguró que su país incrementará la producción en serie de “ojivas nucleares y misiles balísticos”, con el fin de ser uno de los principales precursores del armamento masivo. También como una forma de defensa y "seguridad nacional" frente a algún posible ataque externo.

Corea del norte tiene la pretensión de ser un país precursor de armamentos de destrucción masiva, y el régimen de Kim Yong-un no lo esconde. Sus constantes amenazas a los Estados Unidos y las diversas pruebas nucleares en regiones cercanas a Corea del Sur y Japón, son la clara representación de una ideología que quiere imponer el miedo y el dominio en la región,

La escalada de conflicto entre ambas naciones va en aumento.

Donald Trump condena la constante amenaza que el régimen norcoreano ejecuta contra sus aliados; en tanto que este régimen continúa ejerciendo sus ensayos nucleares, sin dar importancia a las advertencias y sanciones internacionales.

Una de las últimas misiones misilísticas, sucedió a fines de noviembre del pasado año, en esa oportunidad Corea del norte celebró la exitosa prueba del misil balístico Intercontinental (ICBM) Huangsong-15; que según detallaron allegados al gobierno norcoreano, alcanzó una altitud de 4475 kilómetros y durante 53 minutos habría alcanzado unos 950 kilómetros de distancia.

El hecho sucedió ocho días después de que Pyongyang sea considerado por el gobierno norteamericano como uno de los países que respalda al terrorismo.