Cuba, con más de 250 médicos y enfermeros enviados a Liberia y Sierra Leona, está ahora mismo a la cabeza por lo que a la respuesta a la epidemia de ébola en África occidental se refiere. Desde este punto de vista, la isla caribeña se ha situado por delante de potencias como la Unión Europea y Estados Unidos. Pero la ayuda de Cuba para frenar el ébola no se va a quedar en el personal sanitario enviado por el momento, ya que se ha comprometido a enviar hasta 461 profesionales sanitarios aÁfrica occidental.

La mala noticia es que el ejemplo cubano no cunde.

De momento no se ve que la comunidad internacional esté siguiendo el ejemplo de Cuba. Desde esta perspectiva, merece la pena preguntarse si debería la Argentina seguir el ejemplo del país caribeño y enviar todos los recursos posibles a África occidental.

Está claro que, desde un punto de vista ético y humanitario, es un deber ayudar al pueblo africano en la lucha contra el ébola. Pero más allá de la solidaridad, que últimamente parece un valor en desuso, sobre todo entre las naciones, está la cuestión práctica del peligro que supone para todos los países la existencia de una epidemia en cualquiera de ellos. Y, desde luego, en Sierra Leona, Guinea-Conakry y Liberia hay una epidemia de ébola fuera de control.

Por el momento, el número de casos asciende a más de 9.200 en los tres países afectados en África occidental y el número de fallecidos es ya de alrededor de 4.500. Estas cifras van en aumento y conforme sean mayores, el riesgo de que la enfermedad sea exportada a otros países también aumenta, por más que se pongan barreras para evitar la entrada de personas infectadas o sospechosas de estarlo.

De hecho, con cifras más pequeñas el virus ya ha probado su capacidad para soltar fronteras sin necesidad de que lo introduzcan en un repatriado, como sucedió en España.

Así que Argentina debería seguir el ejemplo de Cuba no solo porque sea una obligación moral (aunque solo eso debería de bastar), sino porque la existencia de la epidemia en África occidental es un riesgo tanto para Argentina como para el resto de los países.