Tremendo malestar hubo en el Aeropuerto de Ezeiza. Los pasajeros con destino a Madrid debieron esperar tres horas y cuarto para poder abordar el avión.

Se anunció en primera instancia que se debía a un desperfecto que la maquina tenía y que iban a tratar de solucionarlo lo antes posible, la gente que estaba en la sala de espera, guardaron silencio algunos y otros protestaron por el retraso que se ocasionaba.

A la hora, anunciaron por el altavoz que había otro avión que suplantaría al que estaba averiado. La gente comenzaba ya a prepararse cuando a los veinte minutos, dijeron que perdonaran las molestias, pero el avión de reemplazo, no estaba tampoco en condiciones buenas para poder hacer un viaje tan largo.

Mientras en el aeropuerto, la compañía aérea Air Europa dijo que tuvieran paciencia, que todo se iba a arreglar. Muchos pidieron hojas de reclamación, para hacer la descarga ante este malestar que se había presentado.

Los pasajeros comenzaron a abordar el avión tres horas y cuarto más tarde, de la hora de salida. Entre molestos por todo este inconveniente, abordaron el avión con destino a Madrid. En una parte del viaje, debieron aterrizar forzosamente en Brasil, porque la maquina tenía de vuelta problemas en uno de los motores, pero el capitán de la nave, solo atinó a decir a los pasajeros que aterrizaban en Brasil por no tener suficiente combustible, de que no se preocuparan.

La gente entonces entró en pánico porque no sabía, qué era lo que realmente estaba sucediendo, las azafatas fueron muy amables con los pasajeros tratando de calmar los ánimos.

Cuando volvió a despegar, el viaje no fue relajado, puesto que antes de llegar a Madrid, estuvieron en medio de pozos de aires, el avión se tambaleaba de arriba hacia abajo.

Al llegar a Madrid, todos los pasajeros que luego de recoger sus maletas, se dirigieron a Air Europa en el Aeropuerto de Barajas, haciendo reclamaciones de que ellos, pues habían pagado por un servicio bueno y lo único que han pasado son penurias y angustias.

Todos juntos acordaron en demandar a la empresa, por tan mal rato que han debido de pasar, que no sabían si llegarían a Madrid o si podría haber sido una tragedia, porque el avión no estaba en condiciones de volar, e igual volaron sin contar con el peligro que podía haberles costado la vida.