La Duquesa de Alba murió ayer a los 88 años en Sevilla. Hoy se ha realizado su funeral en la Catedral de esta ciudad y fue presidido por el Cardenal Carlos Amigo Vallejo.

La Capilla Ardiente que se había instalado en el Ayuntamiento sevillano terminó al mediodía cuando el féretro fue llevado a la Catedral. La celebración se realizó frente a 4 mil personas dentro de la iglesia entre amigos, familiares y seres queridos. Una vez terminada la ceremonia religiosa el féretro fue retirado de la Catedral por familiares donde a la salida había más de 20 mil personas que recibieron el cortejo con aplausos.

El féretro fue llevado al cementerio de San Fernando donde se ha incinerado. Las cenizas de la Duquesa se repartirán, una parte irá a la Capilla que se hará exclusivamente al costado de la Iglesia del Cristo de los Gitanos, ya que la Duquesa era muy devota de la ésta. Asimismo, ella era muy religiosa, y de hecho cuando quiso vivir en pareja con Alfonso Díez no lo hizo hasta que se casaron.

El resto de las cenizas se depositarán en el panteón familiar que se encuentra en el convento de la Inmaculada Concepción de Loeches en Madrid, donde también se encuentran los antepasados de la duquesa y los ex maridos de Cayetana.

Cayetana era la aristócrata con más títulos, ya que tenía 49, veinte de los cuales son de Grandeza de España.

La mayoría de los cuales heredará su primogénito, Carlos, quien se hará cargo en cuanto a títulos y responsabilidades de la Familia Alba, ya que la herencia económica la repartió la Duquesa en vida, antes de casarse por tercera vez.

La duquesa de Alba se reconocía a sí misma como"aristócrata peleona", porque ella reconocía que hacía lo que le daba la gana, sin pensar en los títulos que llevaba a sus espaldas.

Era gran aficionada a las sevillanas y al mundo de los toros, pero sobre todo al arte, siempre estuvo rodeada del mejor arte que pudo tener en sus manos, quizás el hecho que su familia fuera exiliada, como muchos aristócratas españoles en 1931, tuvo mucho que ver ya que se instalaron en París, donde estudió en el Colegio de la Asunción.

Luego volvió a España donde estuvo poco tiempo ya que su padre fue nombrado embajador de España en Londres, y fue en la capital inglesa donde pasó la Segunda Guerra Mundial. Luego se mudó a España y ya se quedó en el país. Toda su vida ha estado rodeada de grandes personalidades, pero al igual que estaba con Jacqueline Kennedy, daba un paseo por las calles de Sevilla, y ayudaba a muchos de sus vecinos. Lo que se ha notado en las calles hoy, todo Sevilla ha salido a despedirla para demostrar el cariño y el respeto que tenían hacia ella, la Duquesa de Alba.