Ya está todo listo para la boda del año. ¿No era la de Brad Pitt y Angelina Jolie de hace pocas semanas? Por las personalidades contrayentes podría ser, pero la parafernalia creada alrededor de la del actor George Clooney con la abogada Amal Alamuddin, deja en anécdota la ceremonia íntima en la que Pitt y Jolie se casaron, con los hijos de la pareja como casi únicos testigos de un enlace que todos esperaban pero que, al hacer años que su unión se daba por hecho, no causó más que el revuelo de la noticia, no tanto del acontecimiento.

Sin embargo, que se case el soltero más codiciado de Hollywood, aquel que había prometido no volver a hacerlo tras su matrimonio fallido con Talia Balsam entre los años 1989 y 1993, y que lo haga por todo lo alto, cerrando el Gran Canal de Venecia de cara a la privacidad del acto, y con la plana mayor de la industria del cine como testigo, a esa sí se la puede llamar la boda del año.

Walter Veltroni, ex alcalde de Roma y amigo de Clooney, será el encargado de convertirlos en marido y mujer frente a testigos de excepción como Matt Damon, Cindy Crawford, Cate Blanchett, el cantante Bono, de U2, Lana del Rey, Andrea Bocelli o el matrimonio Pitt-Jolie entre los invitados que se esperan de una lista que aún no se ha hecho pública. Se hospedarán en el hotel Cipriani, el único con siete estrellas, que tiene reservadas sus 24 habitaciones, y al que solo se puede llegar en barco.

Clooney llevará un traje del diseñador Giorgio Armani, y respecto al de la novia se barajan dos nombres para su creador: por un lado la diseñadora Stella McCartney y por otro, un modelo de Alexander McQueen.

El lunes está previsto que se registre el matrimonio en el Ayuntamiento de Venecia, tras cuatro días de celebraciones, en los que la novia se saltará un poco el código del rito de la fe que profesa, la drusa, por la cual éstas, las celebraciones, se alargarían una semana.

Y tal vez, para el mismo lunes en que el matrimonio quede registrado, ya hayamos podido ver alguna imagen del enlace, pero los paparazzi no lo van a tener fácil para obtener instantáneas, ya que la exclusiva de las mismas está vendida a la revista Vogue América y los beneficios obtenidos por ella se destinarán a las víctimas del conflicto de Darfur.