Aquellos que vivieron los años 80, hoy los recuerdan de una forma muy especial. Para muchos nada ha vuelto a ser como entonces. Las películas, series, e incluso los anuncios de televisión que se vieron entonces remarcan una época única que a muchos les parece irrepetible. Los títulos que entonces se rodaron son hoy una referencia continua y un símbolo de una forma de narración a la que por mucho que se intente, no se puede llegar en nuestros días. Porque no es solo que la tecnología haya avanzado y que el aura naif de las cintas que se veían no se pueda volver a plasmar, es que los directores, actores y guionistas que hicieron de los 80 una década llena de esplendor han evolucionado también, junto con los productores que les dieron luz verde a los clásicos modernos que hoy constituyen sus filmografías, y esa evolución no implica que sea para bien.

De hecho, el mismísimo Steven Spielberg retomó la trilogía de Indiana Jones, nacida en 1981, en el 2008 con unos resultados nefastos. El Reino de la Calavera de Cristal fue el título con el que se bautizó a la cuarta cinta de la saga, de la que la mayoría de los fans reniegan y que fue, además, objeto de una burla especialmente dolorosa, y muy merecida, por parte de esa serie de animación tan irreverente que era South Park. No había derecho a hacerle eso a un personaje tan mítico, destrozarlo de esa forma y demostrarle esa falta de respeto con una película que no le hacía justicia a uno de los mejores héroes del cine de acción de la Historia.

La saga Star Wars, posiblemente las más rentable de cuantas existen en el celuloide, volvió, después de triunfar en los 80 con las películas protagonizadas por Harrison Ford, en la década de los 2000 con los Episodios I, II y III, donde Hayden Christensen y Natalie Portman, entre otras muchas caras nuevas, tomaban el relevo en unas precuelas que no convencieron a los más entusiastas del universo creado por George Lucas.

Pero George decidió vender los derechos a Disney, que ahora prepara los Episodios que, según Lucas, quedan por contar. Los seguidores de la saga, que se cuentas por millones en todo el mundo, están expectantes con el resultado del primero de ellos, que dirige el mismo que retomara hace poco Star Trek, J. J. Abrams, un mago del cine en opinión de muchos, un mero aprendiz de los genios que le han pasado el testigo en el puesto de dirección, sobre todo Steven Spielberg, según otros.

La duda acerca de la calidad de la película que prepara es más que patente, pero lo que está claro es que las ventas del merchandising que la cinta genere se dan por conseguidas.

No son los únicos ejemplos del cine de los 80 que tiene previsto volver para encandilar a las nuevas generaciones: Hollywood ya tiene casi listo el reboot de Mad Max, titulado en esta ocasión Fury Road, y está preparando una secuela de Los Goonies en la que el director de la mítica fechada en 1985, Richard Donner, desea tener a los actores originales.

Lo que no está definido aún es si Donner se hará cargo de la dirección o si se la pasará a alguien más joven. Aunque lo que Hollywood necesita de verdad, en lugar de tanto revisionado del material que ya nos entregó hace décadas, es crear películas nuevas que, como aquellas, formen también parte de su Historia.

Y de la nuestra.