Carlos Manduga encontró fósiles de 500 mil años mientras cavaba un pozo ciego en el fondo de su casa. El marplatense que vive en el barrio de Alto Camet es aficionado a la paleontología y, según informó, ha encontrado el cráneo por casualidad mientras realizaba el pozo.

Mientras continuaba la excavación encontró vértebras cervicales, el radio y unas costillas que, de acuerdo con las investigaciones, se ha determinado que pertenecen a un oso perezoso.

La directora del museo Analía Verón ha declarado que se trata de restos paleontológicos que tienen unos 500 mil años de antigüedad y son de un scelidotherium leptocephalum (oso perezoso terrestre de tamaño gigante).

Manduga contó a las autoridades del museo que los restos los encontró mientras cavaba el pozo ciego cuando golpeó con su herramienta un objeto contundente, y al extraerlo y limpiarlo pudo comprobar que se trataba de restos óseos de gran tamaño.

La directora del museo precisó que el animal forma parte de la megafauna prehistórica que habitaron la Región de la Pampa en Argentina, y el sur de Uruguay y Brasil, durante el último millón de años.

También explicó que los scelidotherium leptocephalum serían parientes muy lejanos de los que conocemos actualmente como los osos perezosos; eran animales muy grandes, robustos, herbívoros y de medidas gigantescas que llegaban a medir 2,5 metros de altura y pesaban alrededor de 700 kilos; en sus patas tenían garras también de tamaño gigantesco que utilizaban para cavar amplios túneles, que llegaban a medir un metro de diámetro y decenas de metros de longitud, lo que hacían que formaran ciudades subterráneas.

La extinción de esta especie se relaciona con los cambios climáticos y el exceso de la caza por parte del hombre hace ya más de 8 mil años.

Por otra parte, el jefe técnico de la División Paleontológica del Museo, Alejandro Dondas, ha recordado que es muy habitual encontrar este tipo de restos en la zona, pero en el caso de este nuevo descubrimiento ha sido revolucionario por el hecho de que el cráneo aún tenía los dientes, y esto permite conocer muchos más datos sobre la especie extinguida.