La fiebre de secuelas y remakes en Hollywood parece ser algo interminable. Lejos de disminuir, las películas que tuvieron éxito recientemente (y entre las recientes incluyo también las de los 80) se ven multiplicadas a modo de continuaciones o de repeticiones, dando comienzo a las sagas que ya están establecidas, con otros directores y actores para que la historia sea la misma que ya sabemos que gusta pero con caras nuevas para que resulten estimulantes a las nuevas generaciones que tal vez no conocen las originales. Pero no dejan de ser otra versión de lo ya visto.

La última en apuntarse a esta moda, o fiebre, o como queramos considerarla, parece ser Laberinto, esa joya que Jim Henson, experto en cuentos para adultos, nos regalara a mediados de los 80 con un inolvidable David Bowie y una Jennifer Connelly adolescente que ya dejaba ver la gran actriz en la que llegaría a convertirse.

Un retorcido relato de secuestro, de oscuros deseos a punto de verse cumplidos y criaturas extrañas con mejor corazón que los humanos, envueltos todos ellos en una banda sonora impecable que hoy en día sigue siendo referencia.

Actualmente la factoria de Jim Henson parece que trabaja en una segunda parte de la mítica cinta, pero poco más se ha dado a conocer acerca de la noticia.

Naturalmente todos esperamos que David Bowie sea uno de sus protagonistas, aunque hay que tener en cuenta que el actor y cantante ya tiene 67 años. Veremos si acepta intervenir en la secuela o si prefiere hacer un simple cameo. A Jennifer Connelly también nos gustaría verla en el proyecto, pero la ganadora del Oscar a la mejor actriz secundaria por Una mente brillante tiene por delante, en su agenda, American Pastoral, lo nuevo de Phillip Noyce, el director de Peligro inminente, basado en la novela de Philip Roth.

No sabemos qué habría opinado de este incipiente proyecto el creador de la película de referencia, ni si él mismo aprobaría que saliera adelante y lucharía por tener disponible a su reparto original, ya que Jim Henson murió hace más de una década, lo que sí está claro es que cualquiera que llegue a ser el resultado, va a ser algo completamente distinto de aquella que nos encandiló en los 80.

Y distinto no significa necesariamente que sea peor, pero habrá que admitir que el subconsciente estará juzgando con los ojos nostálgicos de quien tiene Laberinto en un lugar destacado entre las grandes películas de su vida.