Se presentó en España la nueva edición, que es ya número veintitrés, del Diccionario de la Real Academia Española. En esta ocasión el nuevo diccionario se ha confeccionado con el trabajo y la colaboración de las 22 academias de la Lengua Española, esto es, la Argentina, mexicana, colombiana, venezolana, etc, con la aspiración de convertirse en un diccionario panhispánico, además de dar un paso más en el proceso de modernización lexicográfica.

El resultado es la inclusión de 19000 vocablos que son americanismos. El criterio elegido es que su uso se de en, al menos, tres países de habla hispana.

Entre ellas, por ejemplo está "amigovio", voz coloquial provia de México, Argentina, Uruguay y Paraguay cuyo significado es "persona que mantiene con otra una relación de menor compromiso formal que un noviazgo". Algo parecido a lo que en España se conoce como "follamigo".

Otras palabras utilizadas en Latinoamérica y recogidas por el Diccionario de Lengua Española son "basurita", pare referirse a una mota de polvo en el ojo o "lonchera", el recipiente con el que los niños llevan la comida a la escuela.

El nuevo diccionario recoge además nuevos términos que trae consigo el nuevo mundo digital, tales como hacker, wifi, tuit o intranet. Igualmente otros como precuela, o cameo, más cercanos al mundo audiovisual.

Otras palabras desaparecen. Aquellas de las que no se conoce uso real a partir del S. XV. También aquellas que, a juicio de los académicos, tuvieron una incorporación precipitada o sin razones demasiado fuertes. Las desapariciones, un total de 1350, pasan a habitar en el Diccionario Histórico.

La sociedad cambiante hace también que haya que incluir nuevas acepciones a palabras ya existentes, tales como nube, que adquiere el significado de "espacio de almacenamiento y procesamiento de datos", o pantallazo, que recoge el nuevo significado de "captura de pantalla".

El término eclosionar tiene también a partir de ahora una nueva acepción referida al nacimiento de movimientos sociales o culturales.

Por último, haciendo gala de cierta sensibilidad a las críticas que en los últimos años se han vertido sobre determinados conceptos del diccionario por su carácter sexista, la nueva edición modifica las definiciones de masculino y femenino eliminando los conceptos de "varonil y enérgico" en el primero y "endeble y débil" en el segundo. En la misma lógica, la palabra gallego pierde la acepción de "tonto y tartamudo" que se consideraba ofensiva.