Finalizada la enorme tensión que produce cualquier Campeonato Mundial de Ajedrez, Carlsen se confiesa y cuenta algunas de las interioridades del desarrollo de las partidas. Antes de atender a los periodistas Carlsen, como es su costumbre, durmió hasta casi la hora del mediodía pues suele trasnochar jugando al poker online o viendo partidos del Real Madrid.

Carlsen explicó que, precisamente, esa falta de sueño fue la que motivó esas fotos suyas, en la octava partida, que provocaron tanta polémica. Ellas parecía amodorrado o dormido y hubo quien las juzgó como un falta de respeto al contrario.

Sin embargo el campeón noruego aclaró que "estaba acatarrado y tuve que tomar alguna medicina que me atontó un poco". El hecho es que tampoco había podido seguir su rutina habitual de despertarse a las 13:00 o 14:00 horas, para comenzar el juego apenas levantado.

Con respecto a los errores que cometió durante el campeonato y a las críticas a su juego que no fue tan agresivo como en otras ocasiones, Carlsen apuntó que Anand había estado a un nivel muy alto. "Anand ha sido un jugador fortísimo, un gran campeón". Sin embargo cree que su sistema nervioso no es hoy tan fuerte, con 45 años ya cumplidos, como lo fue en sus años dorados. De ahí quizá su derrota. Carlsen considera un error separar el dominio de la tensión de la técnica y el talento en el juego.

En el ajedrez ambas cosas están unidas y ambos son factores decisivos. De igual modo que nadie disculpa a un jugador técnico por tener una nefasta forma física, el ajedrez exige no solo el dominio del juego sino el dominio de los nervios.

Preguntado acerca de sus futuros proyectos y si se veía capaz de emular a su otrora preparado Garry Kasparov y ser el número uno durante veinte años seguidos, Carlsen manifestó que sus retos eran a más corto plazo y que, en principio, lo que más deseaba era renovar sus títulos como campeón del mundo en la modalidad de partidas semirrápidas y rápidas y mejorar en el escalafón, tratando de obtener mejores posiciones en los torneos de 2015, pues en 2014 la preparación del Mundial le había absorbido en exceso.