El Papa Francisco es una cara nueva en la Iglesia Católica, pero nada más que eso. Las opiniones son las mismas de siempre, algo más modernizadas, pero sustancialmente iguales.

Por ejemplo, con respecto al aborto, la Iglesia Católica mantiene una posición totalmente contraria, opinión que mantienen igual desde tiempos inmemoriales y que defienden a capa y espada en diferentes países. A este respecto, en Estados Unidos las campañas religiosas en contra del aborto son bastante bizarras.

Y otro tanto de lo mismo ocurre con la eutanasia. Tradicionalmente, la Iglesia Católica se ha opuesto a toda forma de suicidio, pues desde antaño siempre se ha entendido que quitarse la vida a uno mismo era en realidad usurpar el derecho de Dios sobre la vida y la muerte.

Los seres humanos no debíamos hacer tal cosa. Ahora, el Papa Francisco suelta esta misma cantinela, aunque con otras palabras. Lo que él ha dicho es que "la vida humana es siempre sagrada, valiosa e intocable".

Por supuesto, ya que estaba despotricando sobre el aborto y la eutanasia ha aprovechado para criticar a Brittany Maynard. Para quien no sepa quién era esta chica o no lo recuerde, diremos que fue una joven mujer estadounidense a quien en enero de este año diagnosticaron de un cáncer cerebral, por lo que a principios de noviembre programó su eutanasia.

Según el sumo pontífice, la chica cometió un grave error al decidir quitarse la vida, en lugar de enfrentarse a su enfermedad y morir cuando le tocara.

Brittany lleva muerta alrededor de dos semanas y por ello no puede refutar al Papa Francisco.

Para el Papa, detrás de la defensa del derecho al aborto y a la eutanasia hay oculta una "falsa compasión". Sin embargo, no podemos pasar por alto que esto lo dice alguien que desde un púlpito dorado, condena el hambre en el mundo y exhorta a todos para luchar contra la pobreza, alguien que, además, ni se queda embarazado ni padece una enfermedad mortal. En definitiva, un anciano que solo conoce el sufrimiento, en cualquiera de sus formas, porque ha oído hablar de él.