Es uno de los actores del momento, y se mueve tanto en aguas comerciales como independientes, lo cual le ofrece un mayor abanico de posibilidades de cara a los más variados proyectos. Y su talento le permite desarrollar los registros que necesita para cada papel, de modo que su interpretación sea convincente en todo momento, sin histrionismos y sin quedarse por debajo de lo requerido. Así es Oscar Isaac, actor guatemalteco al que conocimos tres años después de que comenzara su carrera, cuando el chileno afincado en España, Alejandro Amenábar, lo quiso para que fuera el protagonista de Ágora, su película más cara hasta la fecha.

El largometraje supuso un auténtico taquillazo, pese a que los que la vieron no salieran de los cines demasiado contentos debido a la frialdad con la que estaba contada una película de por sí bastante compleja.

Pero Oscar ya estaba en la lista de los mejores, que lo fueron solicitando a partir de entonces, y pudimos verlo tanto en el Robin Hood de Ridley Scott como en el Sucker Punch de Zack Snyder o el Drive que catapultó a la fama a Ryan Gosling. Después llegaría uno de esos títulos que marcan tu trayectoria, y que la marcan para bien: Inside Llewyn Davis, último film de los hermanos Coen, el retrato de un perdedor entregado a su música, una música que solo parece interesarle al espectador de la película.

Lo suyo es que la cinta hubiera arrasado en los últimos Oscars pero un largometraje minoritario tiene poca cabida en premios que implican glamour, por lo que tuvo que contentarse con las candidaturas a la mejor banda sonora y al mejor montaje de sonido.

Y Oscar seguía subiendo en la escala de grandes actores, lo único que le faltaba era ser una estrella, algo que no logró con la fallida Siete días de enero, pero que sí conseguirá a partir de 2015, cuando se estrene A most violent year, junto a Jessica Chastain, una de las apuestas de cara a la próxima entrega de estatuillas en Hollywood, o cuando a principios de 2016 Argentina sea testigo del estreno de la nueva entrega de Star Wars a manos de J.J.

Abrams e incluso cuando en mayo de ese mismo año llegue X-Men Apocalipsis, cuya participación acaba de anunciarse y en la que dará vida a Apocalypse. Los taquillazos se acumularán en su filmografía y no habrá nadie al que haya que aclararle quién es Oscar Isaac, su nombre hablará por él para decir únicamente cosas buenas.