A lo largo y ancho del mundo existen infinidades de especies de reptiles, mamíferos y cetáceos que pueden ser muy peligrosos en un encuentro cara a cara con alguien de nuestra especie. Uno creería que osos, orcas, cocodrilos y anacondas son algunos de ellos, pero en realidad cuanto menos letales parecen, lo son.

El primero de esta nómina no es de los que te mata, pero te lastima y mucho. La gran mayoría de las personas sobreviven a la picadura de la medusa de caja australiana o también conocida como avispa de mar, pero el dolor que trae esta es insoportable, así que si uno visita las playas de Australia y al poco tiempo comienza con parálisis y ahogamientos, visite rápidamente a su médico porque lo que sigue es la detención del corazón.

La dendrobates azureus o flecha azul, es una rana de tamaño muy pequeño y de gran atractivo para turistas que no conocen su peligro. Si bien los nativos de Sipaliwini, Surinam advierten a los extranjeros que muchas de sus especies autóctonas podrían acortarles significativamente su esperanza de vida, el gran atractivo de este animal invita a los interesados a tocarlo, sin conocer la neurotoxina que este tiene en la espalda. Cada rana produce suficiente toxina como para matar a diez hombres adultos.

No es casualidad que el Casuario entre en nuestra lista. Esta ave es considerada la más peligrosa del mundo pese a no poder volar. Sus patas fibrosas pueden propinar una especie de patada similar a la del canguro y sus garras, que por cierto son muy filosas pueden desgarrar la piel de cualquier ser humano con tan solo rozarlo, por lo que si tienen uno de estos animalitos cerca ¡No dude en correr lo mas rápido que pueda!

Para culminar con este informe, no podía faltar el lagarto mas grande del mundo, así es, estamos hablando del Dragón de Komodo. Con tres metros de longitud y casi 70 kilogramos de peso, esta "lagartija" ha matado a más personas de las que uno cree. Pese a su potente cola y sus 63 dientes, lo que caracteriza a este espécimen como mortal son las bacterias que tiene en su boca y por lo tanto en su letal mordida, que mata a los pocos minutos dependiendo del tamaño de la víctima.