Desde remotas épocas, en todas las sociedadeshan existido mitos y leyendas. Estas construcciones colectivas, hábilesgeneradoras de experiencias a través de la oralidad, no se interesan por la verosimilitud de susenunciados sino que rinden culto a todas las versiones que lo conforman en unmarco de igualdad.

Dicela leyenda popular que en el siglo XVI en Alemania vivió un sabio conocedor delas ciencias ocultas llamado JohannFaust al que se le atribuyó el haber realizado un pacto con el Diablo. Suvida dio origen al mito, que sematerializó al principio en consejos y cuentos pueblerinos pasando por el dramaprimitivo hasta llegar a la literatura.

Enel mundo de las letras, la obra más reconocida fue la del novelista y poetaalemán Johann W. Goethe, cuyo poema“Fausto”, ha pasado a ser un libro clásico de la literatura universal. En laobra, el autor se encargó de fundir todos los elementos de la leyenda en unpoema trágico, enteramente dialogado y de ilimitado interés ético y poético.

Apartir de la aparición del Fausto de Goethe se han multiplicado las adaptacionesmusicales y operísticas; sin embargo, la que alcanzó mayor popularidad fue laópera de cinco actos del compositor francés Charles Gounod, estrenado en Theatre Lyrique de París el 19 demarzo de 1859.

Gounod rescata del poema de Goethe la trágica historia de amor entreFausto y Margarita y el rol que cumple Mefistófeles, el diablo, quien manipulacruelmente la situación llevando a los desdichados amantes a cometer crímenesque desencadenarán un funesto final.

Estanislao del Campo (1834-1880), escritorporteño, fue un hombre comprometido con su ciudad y las ideas de la época. Comotodo hombre culto, orgulloso de Buenos Aires, fue a ver la ópera. Elespectáculo disparó la inspiración del autor quien escribió Fausto, un poema paródico protagonizadopor dos guachos amigos: Anastasio el Pollo y Laguna.

Sibien el Fausto de del Campo se inscribe dentro de la literatura gauchesca, laobra constituye claramente una anomalía dentro del género puesto que su base esla ficción misma (la ópera de Charles Gounod) y, por ende, es una creación porparte de autores cultos para lectores cultos.

LosFaustos, entonces, duermen en la memoria colectiva y se despiertan y actualizanal calor de las experiencias.

La leyendaprimitiva de Fausto, el poema de Goethe, la ópera de Gounod y la parodia deEstanislao del Campo constituyeneslabones de la interminable cadena de comunicación, en cuyos textos se puedenvislumbrar las huellas que otros enunciados han dejado, así como los maticesdialógicos que resuenan como ecos en los infinitas historias que se han idotejiendo.

Todos ellos son materia viva en los diversosgéneros del Arte que se reinventan constantemente, generando nuevos universoscon matices iguales pero distintos.