La trama es introducida por Maitina de Marco, quien nos recita parte de la obra del filósofo griego que da título a la obra “La habitación de Diótima”. Aquella historia que cuenta que las almas gemelas surgen de un mismo cuerpo separado por los dioses. Desde dicha premisa, una pareja de virtuosos bailarines Lucía (Ayelén Clavin) y Domingo (Diego López) entran en juego por casi una hora. Sorprenden por su sincronismo y expresividad. Se mueven frente al auditorio pero por momentos parece que estamos frente a una filmación por la dinámica. Aceleran y alentan sus movimientos como si se encontraran en realidad filmados.
Sus cuerpos son los instrumentos que brindan el paralelismo con la obra de Platón, El Banquete. Así, la puesta se sumerge en las vicisitudes de alcanzar el amor. Toma sus elementos básicos como su origen, su alcance, los diálogos amorosos, lo sexual, las peleas y las reconciliaciones pero en nuestra época. Todo plasmado en la habitación de una pareja. Simple y minimalista, la escenografía de la sala es tan solo una enorme cama con ruedas. Ese es el espacio donde se da casi toda la acción de la muestra. La iluminación acentúa la trama con precisión y el sonido complementa de manera sutil y emocionante cada cuadro plasmado.
La pareja no tiene diálogos entre ellos pero la comunicación igual existe.
Con virtuosas coreografías que incorporan elementos de acrobacia, expresión corporal y teatro construyen un texto cautivante e imaginario en el espectador. Los personajes mutan en vivo, cristalizan distintas emociones, nos hacen experimentar la alegría, la excitación, el abandono y la soledad. Todo desde la expresión corporal con la ausencia de casi toda palabra excepto por monólogos de la presentadora y una breve actuación del varón de la dupla.
En conclusión, La habitación de Diótima podrá ser una puesta breve pero con gran inteligencia su creadora y directora ha sabido representar el amor en todas sus expresiones. Queda en la memoria del espectador, invita a emocionarnos, crea empatía, nos remite a recuerdos pasados y nos sumerge a la esperanza de enamorarnos nuevamente.
Intérpretes: Maitina De Marco, Diego López y Ayelen Clavin
Texto y coreografía: Ayelen Clavin, Matina De Marco, Diego Lopez, Eleonora Capua y Marisa Villar
Iluminación: Matías Sendón Escenografía: Alicia Leloutre
Prensa: BATAHOLA gestión y comunicación
Idea y dirección: Marisa Villar.
Espacio: El Kafka / Dirección: Lambaré 866
Funciones: sábados a las 23:15hs.