Chicos Malos, resulta ser una acertada y provocadora puesta, el audaz director y autor presenta en el barrio de Belgrano la segunda parte de la trilogía: “Chicos Lindos”, “Chicos Malos”y “Chicos Feos”. El show desde su inicio rompe la cuarta pared y son los propios artistas, todos masculinos, quienes ubican al auditorio en una sala encantadora que antiguamente era una fábrica de soda.

El elenco está formado por ochos jóvenes de cuerpos bien tornados con diminuto vestuario. Gerónimo Campese, Lucas De Stasio, Matías Rodríguez, Axel Hahn, Juan Felipe Pelaez, Javier Roldán, Emmanuel Martínez y Rodolfo García Werner.

La pieza simula ser un ensayo para un gran show que no verá la luz debido a la constante critica de uno de sus protagonistas que desentona en ideales y anhelos con sus restantes compañeros de trabajo. Así cada uno de los chicos expondrá su posición, replanteos y verdades en un clima de revolución entre la seducción y simulados cuadros sexuales. Posiciones encontradas se expondrán durante toda la noche, vistosos cuadros musicales, grandes momentos de comicidad, alto esnobismo e ironía pura.

Con buena dirección Gavila brinda espacio a cada actor para destacarse, cada personaje tiene un discurso relevante y sólida presencia durante el show. Axel Hahn juega el papel de chico tierno e intelectual del grupo, natural, grandes cualidades en interpretación y canto deja marca sobre el escenario.

Gerónimo Campese es el fuerte del equipo, simpático y rebelde crea distintas situaciones con soltura. Matías Rodriguez es el cómplice de la jugada, el de empatía directa con el público, acertada interpretación sin fallas. Lucas De Stasio, de naturaleza hedonista y derrocha simpatía, detrás de esa quizá superficialidad esconde grandes cualidades interpretativas.

Emmanuel Martínez es difícil que pase desapercibido, no solo por su altura sino por aportar los momentos más disparatados e insólitos remates en el texto.

Juan Felipe Pelaez, la juega como el tímido del grupo y cargada ingenuidad. Rodolfo García Werner, virtuoso, se destaca por sus cambios de actitud de ángel a diablo en un segundo, alta expresividad, demostrando cualidades para el drama y la comedia. Javier Roldan destaca por su dramatismo, es obvio que, apuesta a demostrar su talento interpretativo, dejando a segundo plano lo de un cuerpo bonito.

Así se presentan los chicos malos.

Que de malos solos tienen el título, cada uno esconde un sinfín de emociones que van desde la rebeldía, sensibilidad, sensualidad, comicidad, pero nada de maldad. Desde el 5 de agosto, los podés conocer de cerca, todos los viernes a las 21.30hs., en el Teatro La Sodería, Vidal 2549, C.A.B.A.